S
egún publicó ayer un periódico de Rosario, el profesional habría entrado en contacto con la enfermedad durante un viaje de placer que realizó por las provincias donde habría entrado en contacto indirecto con heces de roedores, principales transmisores del hantavirus. Se trata de César Augusto Demartini, un conocido ginecólogo de 52 años que se desempeñaba como subjefe del servicio de guardia del Hospital Provincial del Centenario, entre otras actividades. También fue docente de la cátedra de ginecología de la Facultad de Medicina. El enfermo ingresó el último jueves a un centro asistencial de Rosario cerca de las 15. El virus atacó sus defensas en pocas horas de forma masiva, generándose fallas multiorgánicas e insuficiencia respiratoria, que le provocaron la muerte. La última víctima fatal de hantavirus en Rosario se registró a mediados de mayo y la enfermedad atacó a un hombre de 30 años que murió en el Policlínico Eva Perón, de Granadero Baigorria.