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a medida de fuerza se extenderá durante seis días y se desarrollará “sin desabastecimiento ni cortes de rutas”, según coincidieron en afirmar los principales dirigentes del agro. No obstante, la fuerte presión de las bases en distintas provincias puede marcar el signo de esta nueva protesta.
“Mientras el Gobierno mira para otro lado, los problemas del campo siguen sin resolverse”, advirtió el titular de la Federación Agraria Argentina (FAA), Eduardo Buzzi.
Tres propuestas en carpeta para la crisis lechera, el mercado del trigo y la ganadería y una serie de planteos sobre retenciones, economías regionales, regulaciones y emergencia agropecuaria quedaron en manos del secretario de Agricultura de la Nación, Carlos Cheppi.
El cese de comercialización excluye a la hacienda proveniente de zonas afectadas por la sequía y finalizará a las 24 horas del miércoles 8 de octubre.
El día de la clausura, los ruralistas marcharán hacia San Pedro y luego del acto previsto a partir de las 11, se trasladarán por la Ruta 9 hasta el Congreso de la Nación donde realizarán un abrazo simbólico al edificio.
El paro contempla la realización de no menos de un centenar de movilizaciones y asambleas en distintas provincias durante el primer día de la protesta.
A las 8 de hoy, Buzzi estará frente al puerto santafesino de Louis Dreyfus, en General Lagos, donde se iniciaron los reclamos el 11 de marzo.
“Esta política económica condena a los pequeños y medianos productores. Y con la caída de la Resolución 125, esa situación no cambió”, insistió Buzzi.
La mayoría de los dirigentes, como Mario Llambías (CRA), Oscar Apaolaza (Carbap), Rubén Ferrero (Confederación de Sociedades Rurales de Santa Fe) y Agustín Pizzichini (FAA-Córdoba) coincidieron en que en estos seis días será necesario recorrer “ciudades, pueblos y colonias agrícolas”.
“Encontraremos, seguramente, muchos productores con incertidumbre y bronca porque no se aplica ninguna política de segmentación”, añadió Buzzi.
Alfredo de Ángeli, presidente de FAA Entre Ríos, reclamó ayer la “derogación total” de las retenciones a las exportaciones agrícolas.
Sólo surgieron versiones que indican que el Gobierno podría anunciar una baja en las retenciones al maíz y el trigo que son del 25 y 28 por ciento respectivamente, para fomentarlos y detener el avance de la soja.
Volanteadas y muchas explicaciones es la consigna que comparten autoconvocado y agremiados del Centro, NOA, NEA, Litoral y Sur del país.
Las pinceladas finales consisten en acordar con todos los protagonistas que no se interrumpa la libre circulación en las rutas y que no haya desabastecimiento además de permitir el paso de productos perecederos.
