D
e la redacción de INFORME DIGITAL Personal policial y profesionales de la Justicia entrerriana comenzaron a examinar minuciosamente la estancia la Candelaria ubicada en Crucesitas Séptimas, departamento Nogoyá, donde residían José Rubén “Mencho” Gil, de 56 años, su esposa Norma Gallego de 26 y sus cuatro hijos: María Ofelia de 12 años, Osvaldo José de 9, Sofía Margarita de 6 y Carlos Daniel de 3, quienes están desaparecidos desde enero de 2002. Si se comprueba el peor final, sería el mayor crímen que se registre en la provincia de Entre Ríos. Un estudio denominado Luminol fue pedido por el abogado querellante, Guillermo Vartorelli, y determinó que existen rastros de sangre en la vivienda y se procederá a excavar un sótano que se encontraría en el lugar. No obstante, durante este miércoles, las tareas se basaron fundamentalmente en una inspección ocular, puesto que el juez Sebastián Gallino autorizaría que las tareas previstas se realicen este jueves. El propio Vartorelli, en diálogo exclusivo con INFORME DIGITAL, aseguró que "se continúa con la búsqueda iniciada el 3 de septiembre, pero ahora se está centralizando la misma en las cercanías del domicilio, por elementos, que no pueden ser puestos en consideración de la opinión pública, que ameritan que se lleve a cabo la investigación en la propiedad, en las cercanías de la casa donde vivía la familia Gil". Consultado por este medio sobre la existencia de un sótano en la vivienda donde vivía la familia Gil, el abogado expresó que "no hay nada certero, pero hay indicios de que podría existir". Este miércoles se hicieron presentes en el lugar el abogado querellante Guillermo Vartorelli y el forense del Tribunal de Justicia, Luis Moyano, más algunos hombres relacionados con la investigación. Cabe recordar que esta comisión investigativa esta trabajando en el lugar desde el 3 de setiembre de este año y donde se contó además con la colaboración de un equipo especial enviado por el Ministerio del Interior. Serían dos los lugares para excavar: uno en la casa que habitaba la familia Gil y el otro a unos dos metros que sería un baño.