L
uego de más de doce horas de extenuante debate, y con el aval de votos propios y algunos aliados impensados, el oficialismo en la Cámara de Diputados logró esta madrugada aprobar en general el proyecto de presupuesto para el año próximo.
Sin complicaciones, el kirchnerismo obtuvo la aprobación de la norma enviada por el Poder Ejecutivo con 149 votos positivos y 87 en contra. Para la aprobación en general, a los votos kirchneristas se sumaron los de aliados del radicalismo K, bloques transversales y dos diputados de ARI fueguino que responden a la gobernadora Fabiana Ríos.
La oposición tenía cifradas esperanzas en el debate en particular, en el que, incluso diputados del kirchnerismo, amenazaban con votar en contra de los superpoderes al jefe de Gabinete para reordenar partidas presupuestarias.
A contramano de la preocupación mundial por la crisis financiera, el Gobierno aprobó su iniciativa con proyecciones económicas auspiciosas a pesar del clamor de la oposición para que sea revisado. Prevé una suba del PBI del 4% y un aumento en la recaudación del 16%.
Hubo iniciativas muy cuestionadas, como la reforma a la carta orgánica del Banco Central para permitir ampliar los adelantos al Tesoro para el pago de obligaciones con los organismos multilaterales de crédito. También, un clásico del presupuesto, los controvertidos "superpoderes", ley que la oposición y un grupo de oficialistas "rebeldes" iban a intentar derogar durante el debate en particular.
Preocupación oficial
Pocas veces como ayer se vio a un oficialismo tan preocupado por asegurar una mayoría numérica que evite cualquier cambio a la letra oficial del presupuesto. Sus esfuerzos se abocaban a disuadir a los rebeldes, tal como sucedió en julio pasado cuando se debatieron las retenciones móviles al campo. Por caso, resultó sugestivo que, al caer la tarde, un puñado de diputados peronistas entrerrianos díscolos como su jefe partidario, Jorge Busti, partieran, raudos, a Olivos a entrevistarse con Néstor Kirchner.
Mientras estos conciliábulos políticos se tejían fuera y dentro del Congreso, en el recinto oficialistas y opositores se medían en duros discursos. Por momentos, parecía que hablaban de dos países distintos: mientras la oposición alertaba sobre los coletazos en el país de la crisis financiera mundial (por lo que, a su juicio, la visión optimista del presupuesto quedaba desdibujada), el oficialismo insistía en remarcar la fortaleza de la economía.
"Tenemos reservas para hacer frente a la vulnerabilidad externa por la crisis internacional", exaltó el presidente de la Comisión de Presupuesto, Gustavo Marconato (FPV-Santa Fe), a lo que la secretaria del bloque, Patricia Fadel (Mendoza), agregó: "Aprobar este presupuesto será una señal clara al mundo de un país previsible".
Al coro oficialista se sumaron, también, Graciela de la Rosa (Formosa) y Alberto Cantero (Córdoba). Sin embargo, como era previsible, sus argumentos no convencieron a la oposición.
"¿Somos inteligentes al votar un presupuesto elaborado antes de la crisis, cuando planteamos que la inflación será otra vez del 8%?", ironizó el diputado Esteban Bullrich (Pro-Capital), a lo que su par radical Oscar Aguad agregó: "La Argentina ya estaba en crisis hace tres meses, antes del derrumbe financiero mundial. Disminuyó la inversión bruta, se detuvo la generación de empleo y el déficit de la balanza comercial con Brasil alcanza los 4000 millones de dólares. Para el Gobierno, el presupuesto es un inconveniente".
"La crisis encuentra mal parada a la Argentina con una economía desordenada, con un 30% de inflación y 30% de pobreza. La Argentina perdió la oportunidad de desarrollar una matriz nueva de crecimiento", se lamentó Adrián Pérez (Coalición Cívica-Capital). "El presupuesto habla de un país irreal", remató su colega, Fernanda Reyes (Capital).
Uno de los puntos que mayor debate desató es la modificación a la carta orgánica del BCRA. "Observo en el Gobierno un deslizamiento peligroso hacia la ortodoxia económica, que se refleja en la decisión irresponsable de modificar la carta orgánica del BCRA y del Banco Nación para utilizar reservas y fondos públicos para pagar deuda", asestó Claudio Lozano (CTA-Capital).
La sorpresa la dio el diputado oficialista y ex presidente de la Comisión de Presupuesto, Walter Agosto, que adelantó que votaría en contra de la reforma a la carta orgánica del Banco Central. (Fuente: La Nación)
