P
or: Armando Vidal El Senado se apresta a iniciar su cometido en comisión. En principio, para hoy están previstas las visitas del ministro del Trabajo, Carlos Tomada, y del titular de la ANSeS, Amado Boudou. Los legisladores del oficialismo quieren terminar la tarea pasado mañana para que el debate final y la votación se puedan cumplir el miércoles 20 de este mes. Pese a los estilos y procedimientos del Gobierno, la ley conlleva el peso de los recuerdos por los métodos empleados antes, durante y después de la sanción de la Ley 24.241 que creó la jubilación privada. Hasta aquí nada se parece a lo que encarnaba el entonces ministro Domingo Cavallo, actor de de grandes enfrentamientos con la oposición y, además, con sectores del oficialismo de la época. A diferencia de los peronistas que hoy dicen que en 1993 no votaron la ley en Diputados a mano alzada -pero que tampoco dejaron constancia de su oposición- , el peronista Oraldo Britos sí lo hizo tras un incidente con Cavallo. "No soy un genuflexo para votar algo en contra de mis principios" escribió en una carta a sus colegas de bloque. Y dejó el camino libre a Juan Carlos Romero, que presidía la comisión de Presupuesto, quien se hizo cargo del mismo proceso que se inicia ahora para emitir dictamen. Pero ahora el luego gobernador salteño y otra vez senador, no acompaña con la misma fidelidad al Gobierno. Lo demostró con su voto negativo en la sesión que rechazó la ley de retenciones móviles. Y la semana anterior contra el Presupuesto. Y haría lo mismo ahora con la ley jubilatoria. Hoy, la comisión de Presupuesto la conduce el kirchnerista correntino Fabián Ríos y la de Trabajo y Previsión Social el radical Gerardo Morales. La ley no se acaba una vez que egresa del Congreso porque la decisión final sobre su voluntad la tiene el Poder Ejecutivo. En 1993 Menem vetó parcialmente el texto del Congreso y lo promulgó. Para rechazar un veto se reclaman dos tercios de los legisladores presentes y deben pronunciarse las dos Cámaras. Un cometido inalcanzable sin la participación del bloque que responde a la Casa Rosada. No se avizoran sorpresas en el Senado que el oficialismo tiene bajo control numérico, por lo que tiende a convalidar lo que votó Diputados, donde son ya insoslayables las negociaciones. Se reflejó en el papel asumido por un sector firmemente opositor (bloque SI que conduce Eduardo Macaluse y Proyecto Sur, de Claudio Lozano) que acentuó con esta ley el compromiso de bregar por los acuerdos cuando ellos son posibles. He allí otra de las diferencias con el pasado. (Clarín)