L
os rastreos de los canes llevados a Crucecita Séptima para encontrar restos de cadáveres en el marco de la investigación por la desaparición de los Gil, se circunscriben a la zona de la casa donde habitaba la familia y un pozo negro descubierto a mediados de octubre: “Los movimientos donde se han quedado los perros, donde han marcado y que hacen suponer que pueden encontrar algo, es en esa zona, porque se los llevó a todos los otros pozos sobre los cuales se trabajó, pero en ninguno se echan y se quedan, que es la forma en que los animales marcan”, informó el comisario Gilberto Ríos, jefe de la Policía Departamental de Nogoyá. “Las pericias que se hacen en la Estancia La Candelaria son una continuidad de los trabajos que se venían desarrollando. El cuerpo médico forense, con el apoyo de policías que ayudan en las excavaciones, siguen trabajando sobre un pozo negro que hace mucho tiempo que está relleno y en otros lugares que los peritos delimitaron”, sostuvo Ríos. Por otra parte, el funcionario policial aseveró que en tres oportunidades llevaron al lugar a perros adiestrados en el hallazgo de cadáveres: “Son canes que buscamos dos días a la semana. Los rastreos que han hecho se circunscriben a la zona entre el pozo negro y la casa donde vivían los Gil”, añadió. “Los movimientos donde se han quedado los perros, donde han marcado y que hacen suponer que pueden encontrar algo, es en esa zona, porque se los llevó a todos los otros pozos sobre los cuales se trabajó, pero en ninguno se echan y se quedan, que es la forma en que los animales marcan”, aseveró. Por otra parte, destacó que la semana pasada comenzaron a excavar en un lugar que funcionaba como quesería, luego de haberse roto un piso. “Los trabajos demoran mucho, porque se examina cada balde de tierra. Las tareas están dispuestas hasta fines de noviembre, pero podrán continuarse”, finalizó Ríos.