E

n el seguimiento a cientos de familias a lo largo de dos décadas, más del 60% de las mujeres reconoció que la relación con su pariente política le causaba infelicidad y estrés. Terri Apter, psicóloga de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, que realizó esta investigación para su libro "What Do You Want From Me?" (¿Qué quieres de mí?), observó que dos tercios de las nueras pensaban que la madre de su marido a menudo mostraba un amor maternal celoso. El comportamiento oscilaba entre aquel experimentado por Jenny, 26, del norte de Londres, cuya suegra dos meses antes de la boda comenzó a enviarle mensajes de correo electrónico donde le decía: "No te das cuenta de que mi hijo piensa en mí todos los días, cada minuto del día, cada segundo de cada minuto del día", y aquel, más común, de ser demandante, criticona o entrometida, poner cara de ofendida o inspirar lástima. Pero un porcentaje similar de suegras se quejaron de ser excluidas y aisladas. "Mi nuera es muy fría conmigo", dijo Annie, 64, de Yorkshire, norte de Inglaterra,"toma a mal toda atención que me dedica mi hijo y no deja pasar la oportunidad de minimizar la importancia y la profundidad del lazo que tenemos." Apter pasó los últimos veinte años entrevistando a cientos de familias de todo el mundo para su libro. Descubrió que, si bien el 75% de las parejas decían tener problemas con un pariente político, sólo el 15% de las relaciones suegra/yerno se calificaron de tensas. "El conflicto entre suegra y nuera a menudo surge de una mutua desconfianza que suele relacionarse con normas femeninas heredadas," agregó. Por ejemplo, aunque la nuera es una persona adulta en su propia casa, la experiencia maternal de la suegra ya está establecida y es posible que ella espere deferencia. "Entonces surge la pregunta complicada de quién es la 'madre' de la familia, la que tiene la última palabra sobre las tareas de la casa y el cuidado de los chicos, los horarios de las comidas y los modales", dijo Apter. Las mujeres que participaron en el sondeo de Apter a menudo admitían estar sorprendidas por la influencia de sus suegras. "Se habla mucho de la decadencia de la familia, pero los lazos entre padres e hijos no se han debilitado," señaló. "La persistencia de la familia extendida es uno de los secretos mejor guardados . La única forma realista de abordar el matrimonio es aceptar que habrá seis personas en la cama matrimonial." ¿Por qué entonces la tensión más fuerte se da entre suegra y nuera? El conflicto en parte tiene sus raíces en la relación madre/hijo, que contiene elementos románticos que no aparecen en el vínculo entre madre e hija, dijo Apter. "Esta dinámica única puede despertar competencia cuando otra mujer se convierte en el familiar más cercano," agregó. La tensión también viene de la expectativa de la esposa no de que ella será la mujer más importante en la vida de su marido y también, como nuera, la aceptarán, apoyarán y dejarán en paz, todo al mismo tiempo. El hombre, entretanto, debe tratar de mantener y diferenciar las dos relaciones, como hijo y como marido