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a muerte de Adriana Carolina Graciani ha conmocionado al Departamento Nogoyá y a la ciudad de Paraná. La muchacha de 23 años fue encontrada sin vida en el interior de su casa en la capital de provincia, luego de que los vecinos no la vieran por el término de dos días. Si bien la autopsia forense no revela una muerte violenta, su madre aseguró que por el pasado sufrido su hija fue asesinada por su esposo, un policía que trabajaba en la comisaría 16ª de Paraná. El lunes a las 23, personal policial ingresó con autorización judicial a la casa de la mujer –nacida en Lucas González en el Departamento Nogoyá– en calle Ayacucho 1958 donde la ubicó sin vida y en un avanzado estado de descomposición. Al principio se dejó entrever que había golpes y escoriaciones en la cara y el cráneo, pero se advirtió que a causa del paso del tiempo, el cuerpo podría deformarse. Los vecinos aseguraron a los investigadores de la Jefatura de Policía de Paraná y de la División Homicidios, que trabajaron bajo las órdenes del juez de instrucción Gustavo Maldonado, que el esposo había sido denunciado en reiteradas oportunidades por violencia y maltrato familiar. El marido es un policía de 38 años que trabajaba en la comisaría 16ª de Paraná y por estas situaciones se le había ordenado desde la Justicia la exclusión del hogar. Desde la Policía se aclaró rápidamente que el hombre estaba en disponibilidad habida cuenta de varias faltas en servicio, que sumado a las denuncias de la mujer por violencia, determinaron el inicio de un sumario. Antes de conocerse el resultado de la autopsia, que sería determinante para saber cómo se produjo el deceso de la mujer, tanto amigos y vecinos afirman que el policía había sido el autor de una brutal paliza que derivó en la muerte de la joven. “Él lo hizo” La madre de la mujer muerta. Alicia de Graciani, llorando y enojada por toda la situación, no ocultó el dolor de haber perdido a su hija en un episodio muy confuso. A su entender, la mujer fue asesinada y el responsable directo es el marido policía. “Nadie me va a sacar de la cabeza que el policía la mató”, espetó con dureza en su declaración. “Él siempre la golpeaba y por ello lo denunció. Pero además me dijeron que tenía la cara marcada, golpeada, lo mismo que la cabeza”. “Mi hija lo quería y por ello tuvo tres hijos con el policía de Paraná, pero él le devolvía todo el amor con golpes”, destacó la madre de Graciani para remarcar: “Mi hija fue la tercera mujer de ese hombre y, como las anteriores, sufrió maltrato y violencia. A mí me venía a visitar a Lucas González con la nariz quebrada y golpeada y pese a denunciarlo en la Policía y en la Justicia, nadie hizo nada para defenderla”. Sobre la personalidad del esposo policía, reseñó: “Los vecinos en Paraná le tenían terror y por eso es que tienen mucho miedo por todo lo que pasó y no se animan a declarar porque está suelto”. Recordó que “mientras vivieron juntos, la sometía y no la dejaba hacer nada, ni siquiera tomar mate con las vecinas”. En medio de lo tremendo que es enfrentar la muerte de un hijo a una madre, explicó que por recomendación de un psicólogo a los hijos de Adriana, no le han dicho que su madre falleció. Muy acongojada y esperando el traslado del cuerpo hacia Lucas González, la madre insistió en remarcar: “No tengo dudas que por su pasado violento, por su costumbre de maltratar a mi hija, él fue quién la mató”. Sin embargo, la mujer admitió: “Si no aparecen marcas en el cuerpo, estaré convencida que la envenenó, ya que era un psicópata que disfrazaba la realidad y porque tenía una doble personalidad. Por eso estoy segura de que él la mató”. Para terminar la mujer aseguró: “Lo que digo es cierto, porque sus actitudes eran de envolver a las personas, prometerles el oro y el moro y después les hacía padecer el mismo infierno”. Necropsia forense con inesperado resultado Recién este martes por la tarde los forenses de la Justicia avanzaron con la necropsia de ley en la morgue de Oro Verde. Tras cinco horas de intenso trabajo, los médicos judiciales llegaron a la conclusión que la mujer no había muerto producto de lesiones, golpes o contusiones. El profundo examen practicado al cuerpo de la mujer, llevó un meticuloso trabajo explorativo. Los médicos habían escuchado en los medios de prensa a los vecinos acusar al esposo de una segura golpiza, pero la hipótesis sobre la mesa de trabajo no se pudo confirmar, ya que pese a lo que parecían escoriaciones producto de una supuesta acción de violencia, se determinó que la desfiguración y descomposición sufrida por el cuerpo era concordante con el tiempo que llevaba muerta. En ese trámite también se llegó a establecer que la mujer habría muerto 48 horas antes de la localización en la noche del lunes. Para aclarar todas las dudas, se dispuso practicar análisis anatomopatológicos a las vísceras para determinar si pudo haber sido envenenada o afectada por la ingesta de algún tipo de alucinógeno u otro tipo de producto , lo que sólo se puede establecer a través del estudio que se practica en los laboratorios forenses y para lo cual habrá que esperar cerca de siete días para conocer los resultados. Otro elemento que se analizará es una sustancia localizada en un vaso. Entre otros datos se conoció que el policía además era enfermero profesional. Por el momento, el hombre se encuentra libre y sin ningún tipo de responsabilidad penal. (Fuente: Diario UNO)