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itulares de una decena de comisiones vecinales de Paraná expresaron su conformidad con la suba del precio de las tasas municipales y, especialmente, con la modalidad aplicada esta vez para actualizar los valores. “Estamos de acuerdo con el aumento. No es ni brusco, ni excesivo. Sí es selectivo, y es lo mejor que se pudo hacer. En calle Rivadavia, Mitre, en el centro, gozan de todos los servicios y nunca les falta nada. Esos son los lugares donde los 365 días del año tienen los servicios. Sin embargo, los barrios estamos carentes de un montón de servicios; más allá de que haya habido una mejora, sigue habiendo falencias”, dijo Mario Ruhl, presidente de la comisión vecinal 17 de Febrero (zona ubicada en San Agustín), convencido de que el mayor impacto de la suba recaerá en los sectores “más pudientes” y se desvanecería hasta casi no alcanzar a los sectores más humildes. Ruhl, junto a Jorge Acosta -titular de la comunidad barrial Francisco Ramírez-, ofició de vocero de la posición sostenida por unos diez presidentes de vecinales de la ciudad. Así, con Ruhl y Acosta, estuvieron en EL DIARIO dos representantes de la comisión vecinal Macarone, Daniel Jiménez (presidente) y Juan Krujer (secretario); Jorge Adrián de barrio Humito; Julio Clavenzani de Bajada Grande; Antonio Taborda de Puente Blanco; Pedro Romero de barrio General San Martín; Marcelo Ramírez de Puerto Viejo; Juan Carlos Crolla de Coveflo y Juan Morel de barrio Pirola. En los primeros días de enero, el Gobierno informó que había resuelto revaluar los inmuebles, lo que tendrá directo impacto en el monto final de las dos tasas de mayor alcance: General Inmobiliaria y por Servicios Sanitarios. Es que el valor de las propiedades es la base sobre la que se calculan ambos tributos. El argumento principal que se dio desde la Comuna es el desfase –cada vez más acentuado- entre el costo de los insumos y la recaudación en concepto de eso tributos. Para establecer el incremento, el Municipio dividió la ciudad en cuatro zonas y tuvo en cuenta los siguientes aspectos: la prestación (en cada sector) de los servicios directos – como barrido, recolección, alumbrado-, los servicios indirectos –jardines maternales, centros de salud, entre otros- y el tipo de calidad de la construcción de las mejoras. Este último parámetro contempla cinco “categorías constructivas” que van desde la vivienda más precaria a la más suntuosa, según se informó. La disposición provocó rechazo en vecinos, que comenzaron a reunirse para consensuar acciones, y apoyo en otros. “Nos parece correcto que esta vez el centro y la zona del parque (Urquiza), el sector más pudiente, pague un poquito más, pague lo que corresponde. No le están cobrando ni de más ni de menos, le están cobrando lo que corresponde”, aseguró Ruhl, quien dijo que los fondos que se recauden en el “área residencial” irán a parar a los barrios, con mayor demanda de servicios. Es que “hoy por hoy, más allá de que el Municipio nos ha dado respuesta en alumbrado y limpieza, tenemos un montón de falencias. Hay muchas respuesta que no se nos pueden dar por la falta de fondo”, explicó el vecinalista. Para este grupo de vecinalistas, los criterios usados por el actual Gobierno municipal difieren de los aplicados por la gestión de Julio Solanas, cuando al comienzo de 2006 estableció incrementos para las tasas en cuestión. En esa oportunidad, se subió un 38 % los avalúos en sectores del centro y barrios adyacentes y el 30% en la periferia. “Otras gestiones subían un 30% y era para todos por igual. En cambio, ahora es en forma escalonada. Por ejemplo, se les ha subido a quienes han hecho mejoras en sus casas y a los que tienen baldíos”, dijeron. Al respecto, los vecinalistas consideran una buena medida el hecho de que se cobre más a los terrenos baldíos, pues resultan un problema en buena parte de la ciudad debido a que carecen de limpieza. “El que tiene un baldío va a tener -como corresponde- que pagar la tasa, venderlo o construir”, dijeron. Otro dato que esgrimieron los vecinalistas, en defensa de la medida oficial, fue el costo de otros servicios no esenciales como la televisión por cable. “Se pagan casi 100 pesos por mes por el cable y no se va a aumentar una tasa”, comparó en tono de pregunta Jorge Acosta. Así las cosas, el vecinalista comentó que se les había explicado desde la Comuna –“con números”- que no es lo mismo una casa en calle Mitre que en su barrio, Francisco Ramírez. “Entonces nos parece lógico que aquel que tiene más, pague más. Y el que tiene la casa que no le ha hecho mejora, que siga pagando lo mismo”, acotó. Y enseguida explicó: “Es que nosotros vivimos de esa platita que entra al Municipio para poder reclamar la luz, el recolector que no tiene sus elementos muchas veces. Todos los servicios que no se pueden prestar en los barrios, muchas veces nos dicen que no hay plata, que no hay medios. Creemos que esta es la mejor forma (de establecer un aumento), nos parece perfecto cómo se implementó. Pedimos que se pague lo que se tiene que pagar”. Por último, los vecinalistas aclararon que en sus barrios restan reclamos por atender de parte de la Comuna, como falencias en el alumbrado, cloacas y limpieza, pero destacaron que así y todo ven que ha mejorado la atención de las áreas de servicio. Información barrio por barrio Ruhl y Acosta informaron que la Comuna les proporcionó al grupo de vecinales un listado con el impacto que tendrá el aumento en cada barrio. Según aseveraron, la suba en las vecinales mencionadas sólo afectará a los contribuyentes que hayan hecho mejoras en sus casas o aquellos que tienen un terreno baldío. “A todos los vecinales se nos informó cuánto es el incremento que tendrán nuestros barrios. Se nos informó a todos los presidentes de vecinales sobre el aumento, todos tenemos el listado”, aseguró Ruhl, quien destacó la actitud del Municipio de facilitar los datos a los vecindarios. El vecinalista detalló que a algunos vecinos les subieron (las tasas) 7 pesos a otros 14 pesos y hay un par (de frentistas) que se les fue de 30 a 80 pesos, pero fue porque hicieron mejoras importantísima en las viviendas”, argumentó al referirse al barrio 17 de febrero. Así las cosas, concluyó que “en su gran mayoría, los vecinos no han tenido incremento”. Una situación similar describió Acosta, en relación al barrio Francisco Ramírez. Fuente: El Diario