E

l gobierno nacional convocó a través de la Secretaría de Medio Ambiente a los asambleístas de Gualeguaychú, que mantienen cortado el tránsito sobre la ruta internacional 136 hace más años en repudio al funcionamiento de la pastera Botnia, ubicada en la localidad uruguaya de Fray Bentos. La reunión se concretará en medio de la profundización de las protestas de ambientalistas por la aparición de manchas en el río Uruguay y olores vinculados a la planta. La concreción del cónclave se conoce justo cuando el bioquímico Carlos Goldaracena, integrante de la Asamblea Ciudadana Ambiental, dio a conocer los resultados de los análisis realizados por la Municipalidad de Gualeguaychú respecto de la mancha aparecida frente a Botnia el 5 de febrero. En tal estudio se establece que ese día el río Uruguay “se quedó sin oxígeno, es decir sin vida”.(Ver recuadro) El encuentro estará encabezado por el secretario de Medio Ambiente de la Nación, Homero Bibiloni, y funcionarios de Cancillería y de la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), y participarán además el intendente Juan José Bahillo y el gobernador Sergio Urribarri, quienes gestionaron la audiencia. “Hablé con Bibiloni y me dio cinco fechas posibles para la audiencia. De inmediato se la transmití al gobernador Urribarri y él eligió la más próxima, que será el jueves 5 de marzo en horas de la tarde”, aseguró el intendente Bahillo. Los asambleístas le pidieron audiencia a Bibiloni ni bien asumió en el cargo en reemplazo de Romina Picolotti y recién ayer se confirmó la reunión. Obviamente, la reunión será a agenda abierta, pero los temas pendientes que están son: el informe Ecometrix que ya anticipaba en algunos aspectos la calidad contaminante de Botnia; la presencia creciente (acumulativa) de dioxinas y furanos frente a las playas del Ñandubaysal, y los últimos incidentes que provocó Botnia en la región como el olor nauseabundo que emanó el 26 de enero e impregnó los hogares de Gualeguaychú con ácido sulfrídico y la mancha aparecida el 5 de febrero en el río Uruguay y que despertó una alerta en los gobiernos de ambos países. Además, se volverá a insistir en la necesidad de aplicar el Código Aduanero para los casos no económicos y que estén vinculados con la contaminación ambiental (que depende del Ejecutivo y puede ser ordenado por Medio Ambiente); entre otros temas. El ambientalista Gustavo Rivollier señaló que la reunión servirá para conocerle la cara a Homero Bibiloni. “Desde que asumió jamás nos recibió”, indicó Rivollier quien aseguró que van a plantear cómo sigue el plan de vigilancia iniciado en la gestión de Romina Picolotti. También, dijo el asambleísta: “Hay muchas dudas con la aparición de algas y queremos una explicación, ya que no tenemos respuestas y no sabemos qué pasó con las muestras que se llevaron del río hace 15 días”. En ese orden manifestó que el informe de la Municipalidad de Gualeguaychú “es muy distinto”. En ese sentido Rivollier descalificó el informe que había dado el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, sobre que en el río no había restos de celulosa. “No había celulosa como tampoco había milanesa y huevo frito. Acá se hizo un estudio serio y arrojó que no había vida en el cause de agua”. Por último, explicó que los abogados de la Asamblea van a pedir pruebas para aportar en el Juzgado de Concepción del Uruguay donde se tramita la causa por tentativa de contaminación. “El río no tenía oxigeno” El bioquímico Carlos Goldaracena, integrante de la Asamblea Ciudadana Ambiental, dio a conocer los resultados de los análisis realizados por la Municipalidad de Gualeguaychú respecto de la mancha aparecida frente a Botnia el pasado 5 de febrero. Los resultados son distintos a los dados a conocer por el gobierno nacional que había arrojado que “sólo se trataba de algas”. El río Uruguay “ese día se quedó sin oxígeno, es decir sin vida”, dijo Goldaracena, quien expresó que según los estudios, el río Uruguay. En ese sentido reclamó precisiones a la Secretaría de Medio Ambiente de la Nación, ya que se necesitan datos certeros para poder trabajar en conjunto. Los análisis, realizados por el laboratorio de Obras Sanitarias Gualeguaychú demuestran que el oxígeno disuelto “da cero”, lo que implica que en la mancha aparecida en el río Uruguay “la vida no existe”, porque si no hay oxígeno, todo lo que sea ser viviente (biota) no tiene vida. Goldaracena se preguntó a qué se debe la falta de oxígeno, y a modo de respuesta dijo: “Las bacterias que hay en el agua utilizan el oxígeno para degradar, o sea oxidar y destruir materia orgánica”. Con esto se demuestra que no hay oxígeno y que por otro lado hay materia orgánica biodegradable. Otro dato “preocupante” según el bioquímico es “la demanda altísima de oxígeno, lo que implica la presencia de materia orgánica biodegradable y materia orgánica no degradable, por lo tanto, en toda esa mancha no había oxígeno y había compuestos orgánicos que determinaron que esa demanda química de oxígeno sea sumamente elevada”. “¿Qué compuestos orgánicos han determinado que esa demanda bioquímica sea tan elevada?”, se cuestionó Carlos Goldaracena, al tiempo que agregó: “Eso es una mancha en al cual existen compuestos orgánicos que hay que investigar cuáles son”. En cuanto a las algas, Goldaracena explicó: “Las algas en general son fotosintéticas, de manera que producen oxígeno, pero cuando estas mueren y caen al fondo, consumen oxígeno”, y agregó que para su criterio “esto es sin duda originado por la actividad bacteriana que ha consumido ese oxígeno en degradar materia orgánica”. “En esa mancha se encontraba florecimiento algal”, dijo Goldaracena y en ese sentido expresó: “No se puede eludir la responsabilidad de Botnia porque al momento de instalarse sabía que el río Uruguay era un sistema acuático frágil que estaba saturado de fósforo y nitrógeno y que para evitar que la población algal se exacerbara, no había que tirar nitrógeno ni fósforo”. Sin embargo, según información proveniente de la fábrica, ésta arroja al río 600 kilos diarios de nitrógeno y 60 kilos diarios de fósforo. Aún no se conocieron los estudios de agua practicados por la Secretaría de Medio Ambiente. Lo cierto es que esta nueva convocatoria representa otra oportunidad para resolver la crisis.