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na chica de 18 años enterró a su beba recién nacida en el patio de su casa. Sucedió en Pilar y la nena sobrevivió de milagro. Eran las cuatro de la tarde de un día tranquilo en la guardia del Hospital Sanguinetti de esa localidad del norte del conurbano, cuando una muchacha –de la que no trascendió su nombre– apareció con su madre, diciendo que tenía hemorragias y que, estando embarazada, temía lo peor: un aborto natural. El ginecólogo Fernando Rosello la atendió inmediatamente y al revisarla –ella acostada en una camilla– y ver que todavía estaba su placenta se percató de que no había ocurrido ningún aborto sino un parto. Entonces comenzó un pequeño interrogatorio a la chica –de familia muy pobre– para saber qué había hecho con su hijo. Ella respondió, sin inmutarse, que al nacer lo había enterrado. Impactado, Rosello se comunicó con la Comisaría Nº 6 de Pilar para pedir que, sin perder ni un minuto, se dirigieran al domicilio de la muchacha. La policía actuó Fueron hasta allí –una precaria construcción de madera en el barrio Luchetti de las afueras de Pilar, donde la chica vive con su madre, un hijito y varios hermanos–. Se toparon con una escena difícil de concebir: en un pozo en el fondo del patio, donde se tira la basura, encontraron a una beba llena de sangre y barro con el cordón umbilical sin atar, cubierta por 40 centímetros de desechos, con pocos signos vitales y sufriendo un estado de hipotermia avanzado. “Tenemos una profesión de riesgo y estamos acostumbrados a situaciones violentas, pero algo así nunca lo vi, yo soy padre y se me aflojaron las piernas”, dijo a Crítica de la Argentina el teniente Héctor Visvek, que estuvo a cargo del operativo. Después de limpiarla, los policías la llevaron a una salita de Villa Rosa, desde donde la trasladaron al Hospital de Derqui. Ahora está en terapia pero su vida no corre peligro. Pesa cuatro kilos. “Se ve que la gorda tenía muchas ganas de vivir. Si hubiéramos llegado un ratito más tarde la encontrábamos muerta”. Una empleada de la guardia que recibió a la beba señaló: “Fue casi un milagro, acá hay que destacar, por sobre todas las cosas, lo bien que actuó el doctor Rosello”. Inmutable Según fuentes policiales, la madre de la beba estaba tan poco conmovida por lo que estaba sucediendo (y por lo que acababa de hacer) que los efectivos que le tomaron los datos quedaron helados ante la sangre fría de la muchacha, que les respondía comiendo un sándwich como si nada. La que sí estaba descolocada, y según testigos no sabía cómo salir del impacto, era la madre de la chica y abuela de la recién nacida.La investigación la lleva adelante el fiscal Peterson Victorica, de la UFI Nº 1 de Pilar, y la causa está caratulada como abandono de persona agravado por el vínculo, por lo que la chica no fue detenida. Una versión indica que la madre enterró a la beba porque el padre se habría negado a reconocerla. Todavía no está claro si alguno de sus familiares actuó en complicidad con ella. Sin embargo, fue su madre quien la acompañó hasta el hospital y esperó a que la revisaran.