Domingo 05 de julio de 2009
  |  
Interés general
El nuevo secretario de Salud afirma que fracasó el sistema sanitario
El epidemiólogo Pablo Basso admitió que en todo este tiempo nadie le brindó demasiada importancia a las enfermedades respiratorias. Afirmó que el virus evidencia el fracaso del sistema y cree que hay que cambiar “la visión epidemiológica”
MonicaLlardo.jpg
paseadorperros.jpg
PabloBassoEpidemiologia.jpg
Para Basso, el virus de la Gripe A evidenció el colapso del sistema sanitario.

��¿Hay registros confiables sobre enfermedades respiratorias? —Tenemos un registro malo de enfermedades respiratorias en Entre Ríos. Así que hacer comparaciones con años anteriores me parece sencillamente irresponsable. Lo que había era alguna estadística orientativa en este o aquel hospital, sobre todo por las consultas que se hacían en época invernal. Pero no nos sirve para mucho. Esa es la verdad. De todos modos, hay un intento incluso a nivel nacional de registrar o vigilar los casos de enfermedades de las vías respiratorias de otra manera. La idea sería afrontar ese desafío epidemiológico como si fuera un paneo sobre los distintos tipos de enfermedades, es decir, datos que contemplen las consultas, las internaciones y las muertes. —De todos modos, las enfermedades de las vías respiratorias ya eran un problema antes de la aparición de la gripe A... —Definitivamente. Para todos los hospitales siempre representó un problema en la faz de consulta, de internación e incluso de mortalidad. Hay un programa nacional, que ya lleva cinco años de implementación, que se llama Plan de Contingencia en IRAB (infecciones respiratorias agudas bajas), y que sirve a estos efectos. Tanto como que sugiere que los hospitales contemplen la conformación de lo que se denomina “postas respiratorias”, es decir, que además de consultorios especiales haya también dispuestas salas de pre-hospitalización para evitar la hospitalización en demasía con casos que se podrían resolver a partir de una vigilancia de una o dos horas del paciente. El programa incorpora además la chance de utilizar un sistema de derivación de enfermos de los niveles más bajos de complejidad a los más altos. Es una perspectiva que se intenta instalar desde hace un tiempo, que en algunos hospitales fue mejor recibido que en otros, es decir, ha tenido resultados relativos. Vida o muerte —Parece obvio, pero vale aclararlo: la gripe A no deriva irremediablemente en la muerte... —Es cierto. Cuando se alude a la gravedad de la gripe A se lo hace pensando en el modo en que se sobrecarga y desborda el sistema de salud y, como consecuencia, en la baja que se produce en la calidad de la atención. Pero las muertes por gripe A apenas alcanzan el cinco por mil, es decir, el índice de mortalidad es bajo. No se van a morir todos los que caigan engripados del tipo A. Al contrario, el 98% o 99% de los enfermos va a tramitar la enfermedad sin necesidad de hospitalización. De los que se hospitalicen, sólo algunos irán a terapia y, de ellos, menos aún se morirán. Eso es estadístico. Le digo más, una vez que superemos este primer impacto la A pasará como una gripe indeferenciable de un estado gripal estacional cualquiera. —¿Cómo será eso? —Claro, lo que pasó ahora es que la pandemia nos encontró ante una población sin defensas previas: no sólo porque no estaba vacunada sino porque recién a partir de estar enfermos los pacientes producen anticuerpos. Por eso es que todas las personas son pasibles de ser infectadas, algo que no ocurre con las otras enfermedades respiratorias porque hay defensas creadas. Llama la atención porque es una enfermedad nueva, pero de todos modos nadie duda de que el porcentaje de muerte que la gripe A provoque una vez que la pandemia sea historia no será muy distinto del que viene produciendo el resto de las enfermedades respiratorias. Usos —¿Cómo influye el hecho de que los ciudadanos no tengan relación habitual con médicos clínicos? —Mire, yo creo que lo que la aparición de este nuevo virus deja en evidencia no son sólo cuestiones vinculadas al uso y las costumbres como el médico de cabecera que. Para mí lo destacable, es cómo ha quedado en evidencia en fracaso del sistema sanitario nuestro. Y cuando digo nuestro, me refiero al nacional, al entrerriano e, inclusive, al mundial. Es decir, los distintos modelos puedan haber generado respuestas más adecuadas para tal o cual problema de salud en particular. Pero estos casos demuestran que ningún sistema está preparado para este tipo de emergencias. Lo que charlamos recién: todos los años hay enfermedades respiratorias pero, ¿quién le da la importancia que se merece? ¿Quién se ha fijado antes en la cantidad de muertes que provocan y, sobre todo, qué porcentaje de esas muertes son evitables? Es como que nos hemos ido acostumbrando a esto. —Todos... —Sí, los sistemas de salud y la gente. Las personas ya no se cuidan, no son solidarias con los otros a los que podría contagiar, creen que es signo de valentía o dedicación ir a trabajar estando engripado, por ejemplo. A veces pienso que hay tanta información sobre todo pero lo esencial de cada cosa la ignoramos. Esto va más allá del médico de familia, que usted citaba. Ojalá que alguna vez recuperemos esta figura, no tanto por el nivel familiar en sí como por el impacto que una organización de ese tipo producía en el sistema sanitario, para mejorar la calidad del servicio al personalizarlo. —¿Esta contingencia permitirá profundizar el esquema oficial de fortalecer la prevención o la emergencia tiene una magnitud tal que ella sola amenaza con quedarse con todo el esfuerzo? —Mayormente, uno concentra la energía en cubrir los baches dentro del sistema que el virus ha dejado en evidencia. La verdad es que todos vemos la necesidad de que la coyuntura permita avanzar sobre los aspectos estructurales del sistema, porque así como se notan las fallas también aparecen las soluciones de parte de mucha gente que está comprometida con la salud pública. Yo no dudo de que en Entre Ríos aprovecharemos esta circunstancia para robustecer todo lo referido a prevención y promoción. Será el lado positivo de la cuestión pandémica. —¿Qué sería “avanzar sobre los aspectos estructurales del sistema”? —Cambiar la visión epidemiológica de la enfermedad y, más en general, de la salud. Se trata de un objetivo que hemos ido perdiendo con el tiempo. No es sólo el registro de la enfermedad, el informe, el análisis y hasta la investigación en salud sino también que, por ejemplo, un enfermo dado de alta en un hospital de referencia se convierta en un caso que pueda ser seguido desde el centro de salud para ver la evolución del paciente, de los integrantes de su entorno familiar y vecinos, pero también para analizar los determinantes de salud, es decir, dónde y cómo viven esas personas, preguntarse por qué un grupo se enferma más que otro, sin olvidar allí el componente socio-económico. Toda esa mecánica, esa metodología, está en los libros pero en la práctica la hemos desarrollado poco. Creo que esta es una excelente oportunidad para retomar esos hábitos. (Fuente: El Diario)
Lo más visto
01
02
03
04
05
+ sobre el tema  
#Gripe A
¿Que pensás sobre esto?
600
 caracteres restantes
Publicar comentarios en INFORME DIGITAL implica la aceptación plena de nuestro reglamento.
Comentarios
¡Tu comentario se ha enviado con éxito!
La aprobación del mismo dependerá de su aprobación por parte del moderador. Muchas gracias.
LIBERTAD PRODUCTORA
Santa Fe 322 Piso 8 Dto.A.
Paraná, Entre Ríos.
Tel: +54 343 4233381
[email protected]

Copyright 2002 INFORME DIGITAL | Todos los derechos reservados | Mediakit: Publicite con nosotros.
[email protected]
Aplicabbs | Diseño: Kembo Dupla Creativa