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iete policías serán juzgados desde martes acusados de haber disparado 14 balazos a un vehículo, en el cual viajaban seis jóvenes, dos de los cuales resultaron gravemente heridos, a quienes los efectivos confundieron con una banda de delincuentes. El hecho tuvo lugar en la madrugada del 6 de agosto de 2006, en Paraná, cuando los seis jóvenes se trasladaban a bordo de un Volkswagen Gol rojo por la calle Churruarín, y al llegar a la intersección de la avenida Circunvalación, se toparon con dos patrulleros estacionados. Ello obligó al vehículo de los jóvenes a detenerse, pero repentinamente se les apareció por detrás un auto particular del cual descendieron tres policías con armas en mano pertenecientes a la División Investigaciones, pero "sin identificación ni uniforme". Cuando los policías se estaban acercando a los jóvenes, el conductor del grupo se asustó pensando que iban a ser víctimas de un robo, y luego de dar marcha atrás unos metros, arrancó tratando de esquivar los dos móviles policiales que tenía enfrente y le obstruían el camino. En ese momento, y sin que alguno de los policías le diera la voz de alto -según declararon los jóvenes ante la Justicia- los policías comenzaron a disparar, y pese a los 14 impactos que recibió el vehículo, sólo dos de los jóvenes resultaron gravemente heridos. Al ser indagados por la Justicia, algunos de los imputados dijeron que confundieron al vehículo en el que iban los jóvenes, con otro que instantes antes había sido usado para protagonizar un asalto tipo comando con armas en un restaurante del Acceso Norte de Paraná. Además, algunos que intentaron defender su accionar aseguraron que los disparos que realizaron fueron dirigidos hacia las ruedas del vehículo, con la intención de detener su marcha. En su requisitoria de elevación a juicio, la fiscal de Paraná Cecilia Castagno dio por acreditado que los policías utilizaron balas "de grueso calibre provenientes de las armas reglamentarias, de alto poder vulnerante, que se encontraban a escasa distancia de los mismos, provocando como consecuencia serias lesiones en las víctimas, las cuales se acreditan con los informes técnicos médicos policiales, informes médicos forenses e historias clínicas glosadas a las presentes". "Otro elemento de cargo, no menor, es que pese a los resultados negativos de todos los dermotest realizados a los imputados, se pudo determinar con la pericial pertinente, que todas las armas secuestradas en autos y pertenecientes a los funcionarios policiales imputados, dejarían residuos en su cañón como en las manos del tirador, si se disparan", añadió la fiscal en el escrito. Por último, al argumentar la calificación legal de tentativa de homicidio, la fiscal advirtió que "quien efectúa disparos con armas de fuego de alto poder vulnerante, a corta distancia contra un auto en el que se trasladaban personas, sabe las consecuencias que puede provocar su accionar, resultando absolutamente posible que alguien resultara muerto". Este martes, los policías -de 26 años, 28, dos de 30, 36, 41 y 42- serán juzgados acusados por la presunta comisión del delito de "tentativa de homicidio". El juicio estará a cargo de los jueces de la Sala II de la Cámara del Crimen de Paraná y su duración se especula que sea por un mes.