S
e trata del cónclave que estaba pendiente desde que el órgano de conducción partidario se reunió con el gobernador Sergio Urribarri el pasado 5 de agosto, en el primer encuentro tras la derrota electoral del 28 de junio. El encuentro se enmarca en la ronda de diálogos abierta por el partido y que tiene por objeto adoptar una serie de definiciones clave para la vida interna del oficialismo. Entre ellas, en qué momento deben realizarse las elecciones internas, si deben ser cerradas o abiertas, si deben hacerse en conjunto para cargos partidarios y electivos o previamente se debe renovar la conducción y, en ese caso, cuándo. En cualquier caso, la idea es que todo se resuelva “por consenso”, según dijo en su momento el presidente del PJ, José Cáceres. Junto con esto, se prevé afianzar, en cada una de las departamentales, la campaña de afiliación y reafiliación que derivará en la confección de un padrón actualizado para el próximo proceso interno. En esas rondas, la idea es también poner en debate el sistema electoral. Congresales En los últimos días se planteó desde sectores vinculados al ex gobernador la necesidad de convocar a un congreso partidario para la elección de los congresales nacionales por Entre Ríos que tienen sus mandatos vencidos. Por Carta Orgánica, los congresales nacionales del PJ no se eligen por el voto de los afiliados, sino en un congreso provincial. Es lo que debía haber pasado en el último congreso, realizado en Villaguay, que –de tan breve- terminó siendo un acto para sellar la imagen de “unidad” con la que Urribarri y Busti encararon el proceso electoral impulsando la lista única. Actualmente, el PJ de Entre Ríos no tiene congresales nacionales. El dilema se abre ante la posibilidad de que se convoque al congreso nacional del PJ en el marco de la reorganización del partido tras el alejamiento de la presidencia de Néstor Kirchner, que se produjo luego del revés electoral. La pregunta es qué representación tendría Entre Ríos en ese congreso partidario nacional: más ligada a Urribarri y Kirchner o más vinculada a Busti y el peronismo federal, disidente o, para decirlo más claramente, opositor al gobierno nacional. Como trasfondo de todo está, claro, la interna provincial. Muchos creen que un congreso en las actuales condiciones (con Urribarri y Busti sin dirigirse la palabra) es una bomba de tiempo que estallaría ante el primer cruce de opiniones y que perjudicaría a los dos sectores. Aunque en estos casos el que más pierda siempre sea el que ostenta responsabilidades de gobierno. (Fuente: El Diario)