Jueves 27 de agosto de 2009
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Policiales
Piden entre 3 y 8 años de prisión para policías que balearon a jóvenes
La fiscal Cecilia Goyeneche fundamentó que no hay lugar para el error para evaluar la actuación de los policías que balearon a los jóvenes. Sostuvo que se trató de un caso de negligencia.
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La fiscal argumentó a la hora de pedir la pena que n hubo error sino negligencia.

C

on un relato pormenorizado de lo que quedó plasmado en el expediente sobre aquella nefasta madrugada del 6 de agosto de 2006, cuando seis jóvenes que iban en un auto VW Gol fueron interceptados y tiroteados por armas empuñadas por policías, abrió el doctor Javier Martínez los alegatos de la causa que tiene como imputados a los policías Juan Leiva, Víctor Colman, Johnatan Payer, Luis Sánchez, Guillermo Medina, Matías Casco y José Torres. “Los chicos esperaron respetuosamente en el auto que movieran los patrulleros de la calle que obstaculizaban su paso, nadie bajaba de ellos. Ahí llega otro auto civil y baja alguien de aspecto desaliñado con un arma. Preservando su vida, Vittor –el conductor del VW Gol- sale hacia atrás y recibe el auto una descarga de proyectiles. Luego se desencadenan escenas de desesperación, gritos, ansiedad y cuando Martín Werner se tira al piso entregándose no sabe a quién, recibe un culatazo que le fractura el cráneo”, relató Javier Martínez. “Se quebrantaron todos los principios de humanidad, una de las víctimas fue la única que termina cuidando a los heridos. Este hecho no produjo muertes solamente por cuestión azarosa. Fue sorpresivo, inexplicable, con maltrato y abandono y vino de la mano de quienes deben garantizar la seguridad de las personas. Hubo secuelas post-traumáticas”, aseguró el letrado. Intenciones Acto seguido, lo relevó en la palabra el doctor Enrique Martínez, también del equipo de la querella, quien afirmó: “Existe vinculación de los hechos con los sujetos enjuiciados. Atribuimos el dolo, deseos de dañar en personas y materialmente al vehículo. Hubo intención de herir a quienes estaban dentro del auto y a Martín Werner cuando ya habían advertido que no eran los que buscaban”. “Han sido negligentes, imprudentes, no se obró con la debida prudencia con la que se debe comportar un buen policía. Hubo impericia, ya que la experiencia y la instrucción los ha dotado de previsibilidad, por lo que advertimos una mala praxis, violatoria de normas que reglamentan la profesión de policía. Hubo deberes incumplidos, ya que no prestaron atención a los heridos y a la gente reducida injustamente”, aseveró Enrique Martínez. “El error, de hecho, no está justificado, todo era previsible y existió un obrar doloso”. Para el co-querellante, tras mencionar la “Doctrina del Servicio Irregular”, trajo a colación la jurisprudencia por el Caso Badel del año 1984. “Responsabilizamos al Estado por el servicio público; aquí se atentó contra la salud física y síquica de las víctimas” afirmó. Mas adelante mencionó, al momento de buscar las responsabilidades individuales en cuanto a los requerimientos de indemnización. “Hay impactos que no pudieron relacionarse con los tiradores y tampoco se supo quien golpeó con la culata a Werner, por eso existe una relación solidaria, son personas que integraban un grupo, como ha ocurrido también contra hinchas de fútbol o manifestantes que han cometido delitos. Ya que algunos golpes y balazos no tienen autor, que sean responsables todos”, argumentó. Finalmente se solicitó que se demande al Estado Provincial y a los policías Casco, Colman, Sánchez, Medina, Leiva y Payer por la suma de 40.000 pesos mas intereses desde el momento del hecho. Por lo ocurrido a Martín Werner, se demandan 30.000 pesos al Estado. Por el balazo sufrido por Gabriela Vitale en su brazo se demanda al Estado y a Johnatan Payer en 40.000 pesos y, en el caso de la joven Pamela Sánchez, se reclama al Estado y a Víctor Colman un monto de 50.000 pesos. Preguntas Para coronar con la parte Penal en la querella, alegó el doctor Marciano Martínez. “Si alguna vez se escribiera la historia de la Policía de Entre Ríos se podría hablar de la noche mas aciaga la del 6 de agosto de 2006. Fue la noche en la que la Policía mostró su ineficacia, luego de un asalto en el que mas de 100 personas fueron despojadas de sus valores y luego cuando balearon a chicos inocentes”, avocó. “La misma policía utiliza el término de malandra y ese era el aspecto del policía de Investigaciones que bajó arma en mano del coche sin identificación policial y alcanzó a ver al chico que conducía el VW Gol; ese policía era Torres y por eso él no tira, pero tampoco alcanza a advertirle a los demás, que empezaron a disparar juntos”, relacionó. “Cuando la población supo esto se destruyó la imagen de la Policía que nos cuida. ¿Cómo pudieron sobrevivir estos chicos? Donde no hay casualidad está la providencia, y solo la providencia evitó que mataran a estos jóvenes. Después, cuando el chico Werner se entrega sin saber a quien, viene un policía uniformado y le rompe la cabeza de un culatazo. ¿Quién se lo enseñó, en qué institución lo aprendió esa es parte de la cultura de la Policía?”, se preguntó “Aquí no solo se actuó negligentemente, aquí también se entorpeció la investigación, se escondieron vainas de proyectiles disparados, se dañó el caño de una pistola, los que dispararon se lavaron las manos antes del dermotest. Hubo un mal espíritu de cuerpo; no nos merecíamos las declaraciones del entonces director de Criminalística que dijo que faltaban vainas porque pudieron pegarse en las suelas de los borceguíes de los policías. ¡Las levantaron y escondieron porque sabían que eran evidencia!”. Pedido Marciano Martínez fue contundente al sostener que se trató de una “Tentativa de Homicidio” la actitud de Leiva -para quien pidió ocho años de cárcel-, de Payer -por quien le solicitó siete- y para Colman –al quien también se requirió siete años de prisión-. En tanto para el agente Casco se solicitó 3 años condicional por abuso de arma de fuego y finalmente pidió la absolución para Torres -al que no se le comprobó que hubiera disparado-, así como que a Sánchez y Medina, por el beneficio de la duda. “No hay en este acto un deseo de venganza, sino de Justicia, que este hecho no se repita; queremos una policía acorde a nuestro estado democrático”, finalizó el reconocido penalista. Relevancia El último alegato de la mañana fue de la fiscal de Cámara, Cecilia Goyeneche, quien apoyándose en un gráfico y validando la tarea del perito del Superior Tribunal de Justicia Antonio Vitali, comenzó diciendo: “Nos encontramos con la desaparición de muchos elementos necesarios para el esclarecimiento, pero un minucioso trabajo, los testimonios de las víctimas y los peritajes posteriores nos ayudan a rearmar la historia”. “Hubo hasta falsedad de las declaraciones del subcomisario Leguizamón, quien fue sobreseído en etapa instructoria, mencionando que los de los patrulleros ya estaban abajo disparando cuando ellos llegaban y hasta las víctimas dicen lo contrario”, apuntó. “El error no tiene ninguna relevancia en este caso, fue un acto negligente, como tantos otros luego de los disparos. No puede ser que de más de 15 disparos se encuentren solo cuatro vainas, y una hora después una de esas vainas desaparece y quedan solo tres. Fue una tentativa de homicidio, así está correctamente calificado, y uno de los primeros en disparar y causar el efecto dominó fue el subcomisario Leiva, responsable de la comisión de Homicidios. Si disparan a la altura de la cabina del auto con un calibre 9 milímetros saben que pueden producir la muerte, entonces se debe entender que desean esa muerte”, dijo Goyeneche. Aquí se destacó lo mal que cayó la frase de Leiva en Instrucción. “No tiré a matar, soy un buen tirador, si hubiera querido matar no queda nadie”, se ufanó en su momento el policía. Pero los impactos en el brazo de Gabriela Vitali y otro que ingresó por el baúl y pasó a la altura de órganos vitales, dieron la pauta de que no murió alguien –como lo dijo Marciano Martínez- por providencia. Luego de hacer notar la burla que fue el inicio de la investigación contra los policías en la comisaría 12, la agente fiscal pidió también que se inicie una investigación formal. Goyeneche liberó entonces de acusación a Torres, Medina y Sánchez, pero solicitó condenas similares a las de la querella para Leiva, Payer, Colman y una condicional para Casco. En la mañana de hoy será el turno de los alegatos para los defensores de los acusados. (Fuente: El Diarioayer)
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