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a postura quedó resuelta en el último plenario de los empleados de Rentas agremiados en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), cónclave del cual tomaron parte también trabajadores de la Dirección de Catastro. Allí, se concluyó que el anuncio oficial de transformar la DGR en autárquica ha provocado «incertidumbre» y por eso mismo resolvieron declararse en «estado de alerta y asamblea permanente». El alerta se encendió luego de las recientes declaraciones del gobernador Sergio Urribarri, que habló de aplicar una «reforma impositiva, que signifique menos impuestos para la producción y el trabajo y más graváen en función de la propiedad, que se irá modelando al calor de los consensos. Al mismo tiempo pretendemos jerarquizar la Dirección General de Rentas, transformándola institucionalmente, para que haya estabilidad en la conducción y autarquía al organismo, con la idea de sustentar lo que se llama la inteligencia fiscal». Camino errado Los dirigentes Salvador Pérez, delegado en Rentas, y Alicia Soñez, miembro de la comisión directiva provincial de ATE, reclamaron al Gobierno un cambio en la política hacia el organismo, y cuestionaron el «desmantelamiento» que se está produciendo, según dijeron. «Rentas está siendo desmantelada. No hay equipamientos para el funcionamiento (ni escritorios ni computadoras suficientes), se continúa contratando más personal y la recaudación está en caída. Si se compara lo que se recaudó en 2008, y la proyección que hay para 2009, vemos que el monto es prácticamente el mismo», aseguraron. En ese punto, plantearon que la idea de convertir a la DGR en un ente autárquico —»sobre lo cual carecemos de toda información, porque los funcionarios no nos han dado participación en el proyecto», criticaron— debería ser posterior a un reordenamiento que apunte a levantar la recaudación de impuestos. «Lo primero que se deben restablecer son los controles, lo que no significa mayor presión tributaria. Pero lo que se está haciendo es al revés: se otorgan exenciones impositivas que llegan a determinados sectores, pero que no alcanzan a todos. El contribuyente común no goza de los mismos beneficios que sí les dan a otros contribuyentes», fustigaron. Por esa razón, demandaron la necesidad de efectuar controles de modo de elevar la curva de recaudación, sin que ello suponga incrementos en los tributos. Recaudación en baja Los empleados en Rentas también pusieron de manifiesto es lo que califican como «caída» en la recaudación de impuestos, y en ese sentido, dieron un dato: en 2008, la recaudación total en la DGR se ubicó en 929.688.468 pesos, y para 2009, se proyectan 983.945.974 pesos, que representa “casi el mismo monto” de un año a otro. También cuestionaron los resultados de la moratoria de impuestos, que se extenderá hasta fin de mes, que, aseveraron los dirigentes sindicales, ha tenido un pobre resultado. “Se llevan recaudados 28 millones, y de ese total, 14 millones corresponden al Impuesto Inmobiliario, y solamente menos de 5 millones del Impuesto a los Ingresos Brutos. Es decir, que el contribuyente común solamente se acercó a regularizar. Acá lo que se pone de manifiesto es la falta de controles tributarios, y de hacer tributar a aquellos que tienen capacidad de hacerlo”, subrayaron. (Fuente: El Diario)