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n joven fue condenado este miércoles a dos años y diez meses de prisión en suspenso por haber atropellado y matado al adolescente Francisco Vrech en abril de 2007, en la localidad bonaerense de Olivos, fallo que fue calificado como "vergonzoso" por la familia de la víctima. La sentencia benefició a Guillermo Goñi, de veinte años de edad, quien continuará en libertad, ya que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de San Isidro lo halló culpable de "homicidio culposo" y descartó el pedido de la fiscalía y la querella para que reciba 10 años de cárcel por "homicidio simple con dolo eventual". El imputado no irá a la cárcel salvo que cometa otro delito y además se lo inhabilitó por ocho años para conducir vehículos, de acuerdo con la parte dispositiva del veredicto que se leyó esta tarde. "Vamos a apelar la sentencia y llegar hasta el final. No hay Justicia, está todo comprobado, que corría picadas con el asfalto mojado, que venía a exceso de velocidad", dijo llorando Mónica Ferreiro, madre de Francisco. En la puerta de los tribunales de San Isidro, la mujer dijo que "esperaba una sentencia ejemplificadora y que fuera preso porque (Goñi) abandonó" a su hijo, tras lo cual calificó el fallo como "vergonzoso". "Nosotros no tenemos más a Francisco y él está libre, es muy triste para mí. No puede quedar impune la muerte de mi hijo", agregó. Respecto del imputado, afirmó: "Logré decirle todo lo que sentía, que realmente va a tener la Justicia divina, pero que destrozó una familia y que fue y es un asesino". Por su parte, el padre de Francisco pidió que Goñi "termine preso y que por lo menos cumpla una condena, porque eso es lo que realmente modificaría un poco el descontrol que hay en este país, donde la víctima termina siempre siendo victimario". "Esta es la Justicia argentina, acá evidentemente vos podés matar tranquilo y te dan dos años y medio y te vas a tu casa contento. Encima la familia festejaba, no sé si festejaba que mi hijo está muerto", dijo. Vrech dijo que tras el juicio le quedó "una imagen muy triste, muy dolorosa de todo esto" por culpa "de estos jueces garantistas". El hecho En abril de 2007, Goñi tenía 18 años. Vrech, de 16, y su amigo, de 17, estaban sentados en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Avenida del Libertador, cerca de las 4.30 de la mañana. En un momento, se asomaron para ver si venía el colectivo y en ese instante, por la vía lenta, apareció el Honda Civic de Goñi a 150 km/h según el relato de los testigos. Francisco voló por el aire y cayó a casi tres metros; su amigo quedó tirado. Desde el Ministerio de Seguridad provincial, aseguraron que el conductor frenó a 150 metros, bajó a ver el auto y arrancó a toda velocidad, pero la Policía Federal lo detuvo cuando intentaba ingresar a Capital con el parabrisas roto y el capot abollado y manchado de sangre.