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iliana Graciela Rivas fue trasladada desde la División Minoridad y Mujer de la Policía de Entre Ríos hacia Tribunales. A las 9.15 ingresó a Alcaidía y a media mañana fue indagada por el juez Eduardo Ruhl, quien está a cargo del Juzgado de Instrucción Nº 7. Por consejo de sus abogados, Rivas se abstuvo de declarar y fue trasladada a la Unidad Penal de Mujeres Nº 6 Concepción Arenales. Así, la investigación para esclarecer las circunstancias en que Enzo Benedetich fue ultimado con cuatro disparos a quemarropa por la espalda la noche del 27 de setiembre sigue sumando situaciones cambiantes, las que –al menos en apariencia– comienzan a darle un sentido a la causa. La mujer, según aseguraron su defensores “niega que haya tenido alguna vinculación con el homicidio de su esposo”. Ayer, el magistrado le informó a Rivas, en forma precisa y escueta, sobre el delito que se le imputa. El trámite duró menos de 10 minutos, puesto que Ruhl le leyó la imputación que da cuenta del hecho y le informó que obran en el expediente testimonios recabados por Inteligencia Criminal que fueron determinantes a la hora de decidir su detención. Aunque no le dio precisiones sobre tales testimonios. Guillermo Vartorelli y Rubén Pagliotto también se vieron afectados por la detención de quien en un momento los había convocado para que la representaran en calidad de querellante en la causa y por la imposibilidad de acceder al expediente e interiorizarse de la acusación que pesa sobre su representada. Estas situaciones significaron un cambio rotundo respecto de las estrategias que seguramente venían elaborando para aportar a la investigación, puesto que ahora su intervención será como defensores de la mujer que está imputada como coautora del delito de Homicidio calificado por el vínculo. La calificación legal como coautora responde a que se presume la participación de otra persona, que sería el autor o la autora material del crimen, que aún no ha sido identificada. En ese sentido, entre las hipótesis a profundizar, se encuentran la que señala al policía Rubén Flores, quien por su tarea de albañil tuvo contactos con la familia Benedetich. Tal como se informó ayer, aún no hay nada en concreto, sólo comentarios que ubicaron al uniformado en situaciones con Rivas que merecerían una aclaración. Como el efectivo se ausentó de su casa con destino desconocido, en el caso en que fuera localizado, deberá aclarar aquellas situaciones ante el juez Ruhl. Además, al informarle a Rivas del hecho que se le imputa, el juez no hizo mención a ninguna otra persona sospechada de haber participado en el misterioso crimen. El querellante en la causa, Marcos Rodríguez Allende, que participó de la medida judicial, en esta oportunidad prefirió guardar silencio y no dar a conocer opinión sobre la resolución tomada por la imputada. Tranquila La noticia sobre la detención de Rivas ocupó gran parte de la información que brindaron ayer los medios de comunicación. Así, la posibilidad de que declarara durante la mañana ante el juez generó expectativas y la consecuente guardia periodística. A la salida de la indagatoria Rivas no habló con los medios, que la asediaron con preguntas. Sí lo hicieron Vartorelli y Pagliotto, quienes precisaron que su representada se abstuvo de declarar por expreso pedido de ellos. Además, añadieron que no era conveniente que declarara quien no conoce los pormenores del hecho que se le imputa y evaluaron que tal vez el lunes tengan el primer contacto con el expediente. A pesar de que manifestaron que al momento de la detención Rivas estaba “muy acongojada”, agregaron que más adelante se mostró “tranquila”. Los letrados solicitarán la excarcelación de la mujer que provisoriamente estará en la UP Nº 6. En ese sentido adelantaron que realizarán el correspondiente planteo para obtener aquel beneficio, del cual Vartorelli precisó que es un “instituto que se concede en resguardo del principio de inocencia”. Supuestas contradicciones claves Una supuesta serie de contradicciones en el testimonio que dio momentos después del hecho y en una declaración que brindó a la mañana siguiente, generaron dudas y sospechas en los investigadores que posaron su mirada sobre Rivas. Tal evidencia fue incorporada al expediente que se le entregó al juez Ruhl, quien después de analizarlo decidió la detención de la viuda. Así, no sólo serían las contradicciones que giraron en torno al lugar donde se habría producido el hecho y los horarios, la forma en que habría ascendido al auto el supuesto autor material del crimen, el recorrido que habrían realizado con el desconocido sentado en el asiento trasero del Honda Fit, sino que además se sumó una investigación sobre las llamadas telefónicas que realizó la viuda, llamativos mensajes de texto de un par de celulares que fueron secuestrados y mensajes de chat descubiertos en una computadora de la empresa Enersa donde trabajaba la mujer. Todas estas situaciones aumentaron las sospechas de los investigadores. (Fuente: Diario Uno)