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a Cámara de Diputados dio media sanción al proyecto de ley que despenaliza los delitos de calumnias e injurias, que suelen recaer en periodistas. Con el apoyo de toda la oposición, a excepción del macrismo, logró 154 votos a favor y 12 en contra. Así se avanzó en el proyecto que busca dar respuesta a una resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). La propuesta, promovida por el Poder Ejecutivo el mes pasado, elimina la posibilidad de considerar delitos de calumnias o injurias a las expresiones referidas a asuntos de "interés público". De esa manera, elimina cualquier acción destinada a limitar la libertad de expresión en el caso de investigaciones periodísticas vinculadas al manejo de lo público. En el debate, la ultra-k Diana Conti recordó que la CIDH "condenó al Estado argentino en 2008" por el caso de Eduardo Kimel, un periodista condenado en forma penal y civil ante una denuncia efectuada por un juez, y destacó que en el país ya se derogó el delito de desacato, como consecuencia de la acción del CELS y el periodista Horacio Verbirtsky. En el bloque de PRO, que preside Federico Pinedo, se decidió no prestar los votos, la misma posición que adoptó la diputada monobloquista Nora Ginzburg. “A calumniar que es gratis. Ahora ponen una multa para que cualquiera diga lo que quiera. Si se aprueba esta reforma uno puede llamar prostituta o pederasta a cualquiera", enfatizó la diputada macrista Lidia Satragno “Pinky”.