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or: Guido Braslavsky Este lunes a última hora, sorpresivamente por la premura con la que se hicieron los arreglos para verse, la presidenta Cristina Kirchner y su par electo del Uruguay, Pepe Mujica, tuvieron su propia reunión cumbre para empezar a zanjar las diferencias entre los dos países. Fue más de media hora, completamente a solas en el piso 25 del hotel Sheraton de Punta Carretas, a unos diez minutos del centro de la ciudad. Para muchos, esta esperada reunión era el puntapié inicial para relanzar la relación bilateral, seriamente dañada a raíz de las largas desavenencias por la instalación de la pastera Botnia sobre el río Uruguay. Después de volar casi tres horas desde El Calafate, donde pasó el fin de semana, Cristina llegó al hotel a las 23 de aquí (una hora menos en Argentina), y unos minutos después estaba reunida con Mujica. Los arreglos terminaron de hacerse mientras el avión estaba en vuelo, y apenas desembarcada la presidenta argentina, a la que se vio entrar con paso presuroso, dejando un "¡buenas noches...!" en el lobby en su camino al ascensor. Mujica llegó un poco antes, pero ingresó por un sector reservado y no se lo pudo ver. Es la hora de "los gestos de buena voluntad" con Uruguay y con Mujica -que asume el 1 de marzo-, había expresado una alta fuente argentina que llegó para acompañar a Cristina en la cumbre de presidentes del Mercosur, que se inició ayer en Montevideo. También negó que hubiese habido la semana pasada "una negociación secreta" con Mujica para reencauzar la relación bilateral, como indicaron algunas versiones. Nadie esperaba de la reunión entre Cristina y Mujica un arreglo definitivo, y además se aguarda el fallo del Tribunal de La Haya sobre el diferendo por la pastera, previsto para marzo de 2010; pero del lado argentino se dejaba entrever una apuesta fuerte a la construcción de la relación "personal" entre Cristina y Mujica, con la ventaja de que hay feeling entre ellos, aseguraban. Atrás parecen haber quedado ya las explosivas declaraciones de Mujica, cuando en campaña electoral, y con su estilo directo y campechano confesó estar "caliente" con Néstor Kirchner "por lo del puente" (los cortes en Gualeguaychú), y sus dichos de que los peronistas y los Kirchner "son patoteros". "Hay esperanza de que no pase lo que ocurrió con Tabaré Vázquez hace cinco años, que hicimos todo lo que podíamos para que ganara, y las cosas terminaron mal. Con Uruguay nos merecemos una relación que esté por encima del conflicto que desató Botnia", señaló otra fuente gubernamental, cuando aún se esperaba a Cristina. Tras la reunión, se vio salir a la Presidenta sonriente, pero no hizo declaraciones. Este martes empieza la actividad oficial de los presidentes en esta XXXVIII Cumbre del Mercosur. La reunión ya concretada con Mujica deja en duda si finalmente Cristina asistirá a la cena de esta noche ofrecida por Mujica en un restaurante, o partirá a la tarde. En un gesto hacia el uruguayo, Cristina había aceptado postergar su regreso a Buenos Aires para participar de esa comida. Pero decidieron adelantar la reunión bilateral porque en esa cena no iban a poder hablar como querían sobre la relación de los dos países. (Fuente: Clarín)