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n las elecciones generales de 1999, impulsado por Jorge Busti, Héctor Maya se convirtió en el candidato a gobernador que más votos obtuvo en la historia del PJ de Entre Ríos, con 301.334 sufragios. No accedió al Poder Ejecutivo porque Sergio Montiel, como candidato de la arrasadora Alianza UCR-Frepaso, cosechó 10 mil votos más. Pero las coyunturas políticas quisieron que ni Busti en sus tres arribos a la Casa de Gobierno, ni tampoco Mario Moine alcanzaran a tocar la barrera de los 300 mil votos. El registro no pasó nunca de ser más que un mero dato estadístico, que ni siquiera el propio interesado se molesta en recordar cuando se lo consulta para preguntarle por las pintadas y pasacalles que lo postulan para la gobernación en 2011, junto a la candidatura presidencial de Eduardo Duhalde y que dirigentes de su sector, el Peronismo Disidente, difundieron ayer a través de correos electrónicos (ver fotografía). Es más, como ya es tradicional en estos casos, el candidato buscó despegarse de la movida, y como si su gente actuara por cuenta propia, dijo que daba su “respaldo” a “los compañeros” que lo “proclamaron”. “Sé que compañeros de Nogoyá, La Paz y Victoria, han girado mi nombre en pintadas y carteles; los respaldo como corresponde a sus decisiones, pero tanto ellos como yo estamos comprometidos originariamente en ofrecerle a los entrerrianos una propuesta de unidad peronista y para eso debemos tener renunciamiento, de la misma forma que, si no se logra, tendremos que asumir el puesto militante que el conjunto resuelva” afirmó. “Si logramos la unidad no seré candidato y apoyaremos al gobernador que la unidad del peronismo proponga, pero si se instala la mezquindad, asumiré con dedicación y esfuerzo la propuesta que los compañeros determinen, ya sea como candidato a gobernador o como simple militante”, aclaró. Sostuvo que los carteles “obedecen a una necesidad de posicionamiento de los compañeros que trabajaron con nosotros y que son prestigiosos, con gran responsabilidad, como Carlos Reggiardo, que es un joven abogado apoderado del partido. Ellos entienden que un lanzamiento fortalece el espacio y desde allí podemos fortalecer la idea de la unidad del peronismo”. –Pero usted está alineado con Duhalde. –No, yo estoy alineado con el peronismo disidente, que en su conjunto y en su momento va a resolver las candidaturas. Me parece bien que sea Duahalde o Rodríguez Saá o Reutemann. –El lanzamiento de Duhalde fue muy criticado, por prematuro... –No me parece fundado que se critique a un compañero porque hace pública una ambición. Muchas veces, asumir una candidatura implica un verdadero esfuerzo y sacrificio, es un acto militante muy importante. Si los compañeros de mi sector, y después de haber fracasado los intentos de unidad, resuelven impulsarla, yo voy a ser solidario con ellos. Las candidaturas tienen que ser el resultado del consenso y yo lo que busco es la unidad del peronismo entrerriano. –¿Esto significa un acuerdo entre Urribarri y Busti? –La unidad del peronismo entrerriano no se agota en Busti y Urribarri. Son ellos y otra serie de compañeros que tienen igual o más representación. Con el peronismo disidente, en forma solitaria, conseguimos casi el 25% de los votos que sacó el PJ en la última elección. Hoy Entre Ríos necesita, porque pasa por un mal momento, tener una unidad sólida y una política en el orden nacional y yo estoy luchando por eso hace muchos años. Tengo la madurez suficiente como para poner primero la gente, la provincia, la necesidad de un cambio y también el espacio que deben ocupar las nuevas generaciones en la política. –¿Qué pasos dio para alcanzar la unidad que pregona? –Tengo buena relación personal con Urribarri y coincido en muchas cosas que ha hecho, pese a tener una profunda discrepancia en el alineamiento nacional. Y también tengo buena relación con Busti, pese a discrepar en algunos momentos y en otros coincidir con su alineamiento nacional. También con (Mario) Moine, con (Julio) Solanas, que son dirigentes provinciales prestigiosos con los cuales he hablado sobre la necesidad de coincidir sobre lo que queremos para Entre Ríos, alinear al peronismo en eso y luego buscar un marco de consenso de todas las identidades políticas provinciales. Las cosas en el mundo han cambiado y las posiciones radicalizadas deben ceder ante las posiciones solidarias hacia la comunidad. –¿Qué opina de la presentación ante la Corte que hizo Busti para reclamar fondos coparticipables cedidos en el pacto fiscal del 92? –No lo veo mal, yo vengo reclamando la postergación de Entre Ríos hace muchos años. No ya que nos den, sino que no nos quiten, porque nos llevan la soja, la energía eléctrica y no somos objeto de un trato diferente como ocurre con otras provincias. –¿Cree que el Gobierno provincial debería acompañar ese reclamo? –Es algo que hay que estudiar, porque quien conduce la provincia también tiene un diseño y el manejo estratégico de las cosas. Hay que ser respetuoso y cauteloso de las posiciones de cada uno. No critico el posicionamiento que tomó Busti y tampoco el diseño de tiempos que tiene derecho a tener el Gobernador; discrepo en su alineamiento nacional, pero pondero muchas de sus gestiones provinciales. Nadie puede tirar una piedra, hay que ver como cada uno ha votado cuando se trata de la defensa de los intereses federales y su relación con la cuestión política. Para destacar 1999. Fue candidato a gobernador del PJ. Sacó más votos que cualquier candidato en la historia del PJ entrerriano. Pero no le alcanzó contra Montiel/De la Rúa. 2007. Fue compañero en la fórmula presidencial de Alberto Rodríguez Saá, por el peronismo antikirchnerista (junto al sector de Augusto Alasino). Quedó cuarto en la provincia, con 67.500 votos. 2009. Fue candidato a diputado nacional por el peronismo disidente (sin el sector de Alasino). Quedó cuarto, con 50.551 votos. En esta elección, el PJ perdió con el Acuerdo Cívico y Social por apenas 4.305 votos. (Fuente: El Diario)