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una semana del homicidio de Leandro Fornero, el muchacho de 31 años asesinado a balazos el domingo luego de una mera discusión de tránsito, el entorno del joven prepara una marcha para pedir justicia. En tanto, la querella apelará la decisión del juez Alejandro Grippo de excarcelar a uno de los imputados, quien es familiar de un comisario de la Policía de Entre Ríos, y según la abogada Nora Lanfranqui sería también familiar del segundo jefe de la División Homicidios, Marcelo Rodríguez, que se suicidó la semana pasada. Este domingo a las 11 en la parroquia Asunción del Cristo Redentor, familiares, amigos y compañeros de trabajo de Fornero realizarán una misa en su memoria. El grave hecho ocurrió el domingo 24 a las 6 en la esquina de De la Torre y Vera y Moreno después de que los tres jóvenes, que iban en un Peugeot 306, y Leandro Fornero, quien manejaba un Suzuki Fun protagonizaran un incidente con los autos en la zona del monumento al Policía en el Puerto Nuevo. Producto de la discusión el conductor del 306 persiguió a Fornero y tras hacerlo detener lo golpearon y le efecturaron tres balazos. Junto a Fornero viajaba un amigo que salvó su vida de milagro. Duras apreciaciones En las últimas horas se vinculó el caso Fornero al suicidio del segundo jefe de Homicidios, Marcelo Rodríguez, quien se decía era tío de Lisandro Fernández, de 19 años, uno de los imputados que está en libertad bajo caución juratoria por decisión del juez Alejandro Grippo (la Policía lo negó anoche, ver texto complementario). Rumores que circularon tras los hechos dan cuenta, además, que Lisandro Fernández es familiar de un subcomisario de intachable foja que cumple funciones en Victoria. Nora Lanfranqui, quien junto al abogado Humberto Franchi forman parte de la querella, indicó que la versión le llegó a través de interpósitos mensajes de personas de su confianza, aunque aclaró que no pudieron corroborarlo, ya que es difícil que la querella pueda investigar a la familia del victimario. Según la abogada, Rodríguez habría accionado de algún modo para ayudar a su sobrino, lo que luego habría desencadenado en el suicidio ocurrido en la madrugada del 25 de enero. “La Policía llega cuando el hecho ya estaba consumado y Marcelo Rodríguez habría acomodado algo para beneficiar a su sobrino. De esto, en el expediente no hay nada y todo se basa en rumores”, aseguró Lanfranqui, quien indicó que la querella sólo conoce la parte medular del expediente y que desconoce los datos de la autopsia de Fornero, las pruebas de balística y del dermotest (prueba de parafina) y que aguardan que el juez Grippo los autorice para acceder a esta importante documentación. En ese sentido señaló que no se sabe si Fornero falleció a causa de los disparos o la golpiza recibida con una llave “L” con la que lo agredieron”. También indicó que desconocen la situación procesal de Fernández y sostuvo que el joven de 19 años que está en libertad “es cómplice necesario” ya que está comprobado que el Peugeot 306 que conducía persiguió al Suzuki Fun de Fornero y lo interceptó hasta generar el fatal desenlace. Respecto de la responsabilidad del conductor del 306, Lanfranqui expresó: “Puso el elemento necesario para que se cometa el delito, ya que es el vehículo que encierra a Fornero y que permite que los otros dos se bajen, uno con una llave para sacar ruedas y el otro con un arma”. Al referirse a la eventual situación procesal de los menores que estarían implicados en el crimen, la abogada explicó que “tendrán un proceso especial ante el Juzgado de Menores, donde se realiza un juicio de Responsabilidad” tras lo cual son adheridos a un sistema de rehabilitación en un Instituto de Menores. También precisó que analizan la apelación de la excarcelación de Fernández, quien goza de libertad bajo caución juratoria. Al respecto, argumentan que no existen garantías de que el joven no intente fugarse. En tanto explicó que la testimonial del joven Franco Arnedo, quien acompañaba a Fornero en el Suzuki Fun, es importante ya que se trata de quien estuvo en lugar del hecho y que “vivió para contarlo” ya que los agresores le gatillaron varias veces, lo que constituye tentativa de homicidio. Rumores Sobre las supuestas “alteraciones” de los acontecimientos, existe la versión de que el joven Fernández tenía un arma de tipo policial, además de la secuestrada, que nunca fue encontrada ni consta en el expediente. También se deslizó que en sede policial se habría presentado a declarar una joven, novia de uno de los menores involucrados, quien habría manifestado que la víctima los amenazó con un arma. Un chico común Leandro era soltero y vivía en la casa de sus padres. Tenía un negocio de tómbola en avenida Newbery. Su familia, compuesta además por cinco hermanos de entre 22 y 38 años, está devastada y trata de entender qué pasó. “A Leandro le gustaba vivir la vida, era un chico común, con muchas amistades; jugaba al fútbol y compartía momentos con los amigos y ex compañeros de la escuela Normal, donde cursó la Secundaria”, según describió uno de sus hermanos. “Este es un caso muy difícil. Me di cuenta que la Justicia no va a hacer justicia”, señaló. (Fuente: Diario Uno)