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unque los anuncios, y los dichos, y los números, y las expectativas dicen que es así, en realidad no es tan así. O sea: oficialmente se indica que el sistema educativo entrerriano da cabida a una población de 360 mil chicos, 35 mil docentes, más de 2.800 escuelas. Pero es relativo: no todos los estudiantes están adentro del aula, muchos abandonan antes de concluir, la mayoría se va no bien aprueba el sexto grado, antes de pasar al nivel secundario, que este año, producto de la transformación curricular que comienza a generalizarse, se inicia con el antiguo séptimo grado. La nueva secundaria, así, es ahora obligatoria en toda su extensión, y no hasta el viejo 3º año, con lo cual se espera que vuelva a la escuela una franja importante de adolescentes que en algún momento abandonó: según las cifras que se reconoce oficialmente, aproximadamente el 40% de los alumnos dejó antes de concluir. “Ese dato es cierto, pero tenemos que verlo. Hay que ponerse a analizar las estadísticas, y ver cuáles realmente abandonaron, y cuántos chicos se cambiaron a una escuela nocturna”, acepta Mercedes Roude, directora de Educación Secundaria del Consejo General de Educación (CGE). Cuando mañana se inicie el ciclo lectivo 2010 en la provincia, al CGE se le presentarán dos cuestiones clave a resolver: de qué modo cumple el mandato de la nueva Ley de Educación Nº 9.890, que extendió la obligatoriedad desde el nivel inicial hasta la finalización de la escuela secundaria, esta última con una extensión de seis años, “organizada en dos ciclos: el Ciclo Básico Común y el Ciclo Orientado, de carácter diversificado según áreas del conocimiento”; y cómo absorbe, sin que se generen problemas de sobrepoblamiento, a los alumnos que se espera que se inscriban por la imposición que supone para muchas familias percibir la Asignación Universal por Hijo. ¿Cabemos todos? Susana Cogno, vocal gremial en el Consejo de Educación, hace números: dice que en la escuela “común”, diurna o matutina, asisten 82 mil chicos; y a las nocturnas, otros 16 mil. “A nivel nacional, la media de la escolaridad en nivel secundario es de 48%, y en Entre Ríos estamos en esa cifra, que puede estar uno o dos puntos arriba, porque la provincia no se destaca por estar mejor posicionada. Esto significa que hay muchos chicos afuera del sistema, y esto da cuenta del fracaso de la política oficial. Además, nos muestra que la escuela que tenemos hoy no es inclusiva”. De modo pues que hay unos 30 mil chicos –el dato es, otra vez, estimativo, suponiendo una tasa promedio de abandono del 40%— que se fueron de la escuela antes de concluir la secundaria. Cogno apunta otro dato. Dice: “Nosotros calculamos que alrededor del 69 % de los entrerrianos no terminó la secundaria. El chico que deja la escuela es producto del fracaso de la política educativa, pero también porque tiene que insertarse en el mercado laboral a una edad muy temprana. o hacerse cargo de la casa, o por no contar con los medios para asistir a la escuela. Esta es una situación que el Estado no logra revertir por dedicar todos sus esfuerzos a una política focalizada en la pobreza”. La directora de Educación Secundaria del CGE señala que el abandono ha sido producto de que la escuela secundaria no ha sido obligatoria. Pero aclara enseguida que esa situación ya está empezando a cambiar, una vez que se sancionó la nueva Ley de Educación. “Estamos recibiendo muchos pedidos de las escuelas con demandas de desdoblamiento de cursos”, afirma. —¿Hay espacio físico para dar cabida a todos? —Se están dando soluciones. Aunque un informe de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) abre interrogantes al respecto. A partir de un relevamiento hecho por el gremio en 226 escuelas de los 17 departamentos, se observa que el 51% de los edificios muestra dificultades con el número de aulas. En cuanto a los problemas que presentan, el 50% se refiere deficiencias en la iluminación, el 59% a problemas eléctricos, el 73% de las aulas posee insuficiencias de confortabilidad en cuanto a temperatura en diferentes etapas del año, el 29% no cuenta con condiciones de ventilación adecuadas y un 24% no posee las dimensiones correspondientes, según el sondeo. Menos repitencia La educación en Entre Ríos se lleva una porción importante del presupuesto provincial: en 2010, son 1.835.800.000,00 pesos, un 10,89% más que en 2009. Pero según los sindicatos docentes la cifra no alcanza y, además, muestra una pérdida de incidencia del gasto educativo sobre los gastos totales. Así al menos lo ve Luis Fernández, vocero de Agmer y estudioso de los números, quien señala que “para el año 2009 los fondos educativos representaron un 21,28 % del total de los gastos presupuestarios provinciales, pero cuando nos fijamos en la incidencia para el año 2010, dicha participación cae al 18,52 %, esto equivale a un 2,76 % menos”. Pero en medio de esos desfases presupuestarios, Educación apuesta este año a implementar la transformación curricular de la escuela, que ahora es, por ley, obligatoria desde el nivel inicial hasta el final de la secundaria. Un primer paso es ampliar la cobertura, que no es del 100%: esto es, no todos los chicos en edad escolar están adentro de las aulas. Pero no sólo de eso se trata. Irma Barrau, directora de Nivel Inicial, dice que en las salas de 5 años (el antiguo jardín de infantes) la cobertura es del 99,1%, “por encima de la media nacional. Los nenes que no han ingresado no es porque no haya cupos o no haya bancos, sino porque las familias todavía no han tomado conciencia de la importancia de este nivel de la enseñanza. De modo que no tenemos mucho más por ampliar, porque la cobertura es bastante buena”. Pero la cobertura es sustancialmente más baja en las salas de 4 años: apenas alcanza al 50 %. “No es todo lo que quisiéramos –señala Barrau—. Pero vamos a ir mejorando paulatinamente. Es una deuda que tenemos”. Ya en primaria los desafíos oficiales son otros. Analía Matas, directora de Educación Primaria, sostiene que “uno de los grandes desafíos que tenemos revertir totalmente la tasa de repitencia en la provincia, y atender también una pequeña de cantidad de niños que hemos detectado que, cuando termina sexto, no ingresa al secundario. Y avanzar con los cambios en la escuela primaria, con un primer ciclo centrado en la alfabetización en Lengua y Matemática y producción de textos, y un segundo ciclo, centrado en la alfabetización científica”. Hoy en Entre Ríos la escuela primaria tiene una cobertura tal que alcanza al 89,24% de los chicos. El resto, está afuera, no escolarizado, ampliando las franjas de analfabetismo. Por eso dice Matas: “Tenemos que dedicarnos por completo a recuperar a esos chicos que no están en la escuela”. Los desafíos de cambiar Este año, un total de 45 escuelas secundarias en toda la provincia pondrán en práctica una transformación curricular que variará sustancialmente el perfil de enseñanza, y consecuentemente de los egresados: la nueva escuela secundaria otorgará el título único de bachiller, con cinco grandes orientaciones, que cada institución elegirá: Ciencias Sociales y Humanidades, Ciencias Naturales, Administración y Economía, Artes y Comunicación. Marcela Mangeón, coordinadora de la Comisión para el Diseño Curricular de la Nueva Escuela Secundaria, dice que “los cambios tienen que ver directamente con los alumnos. Pensar la transformación es pensar y delinear acciones para la formación de los adolescentes, jóvenes y adultos, lo que implica dar lugar en las escuelas a los conocimientos que la vida social imprime a los sujetos y viceversa. No podemos seguir pensando en los alumnos en los términos que lo veníamos haciendo, ellos son sujetos de conocimiento, de derecho, que requieren de la escuela si se quiere un saber de orden científico, porque tienen concocimientos, traen experiencias de vida que atraviesan todo saber”. Y dice que “esos saberes deben permitirles mejorar sus condiciones de vida, acceder a estudios superiores, salir a trabajar o a defender sus derechos en su caracter de ciudadanos. No es que los alumnos y los docentes no lo hayan hecho hasta ahora, sino que hay que entender el momento histórico en que estos movimientos son requeridos y lo que se necesita para darles respuestas acordes a esta necesidades histórico-sociales”. Uno de los puntales del cambio, añade, es la reorganización de la carga horaria: en la nueva escuela secundaria habrá 3.800 horas reloj dedicadas a la formación general, y otras 700 horas para la formación específica. “Esto quiere decir que hay materias como Lengua y Literatura, Matemática, Lenguas Extranjeras, Educación Física, Geografía, Historia, Formación Etica y Ciudadana que estarán a lo largo de toda la escuela secundaria, algo que hasta ahora no sucedía”, explica Mangeón. Y resalta que las “tutorías orientadas a un trabajo disciplinar deberá posibilitar a los alumnos tener mayor atención, por grupos de trabajo, en aquellas temáticas que más dificutads les acarrea, generalmente en las disciplinas básicas, como Matemática, Lengua, Física, Química, o cualquier disciplina en la que necesite ayuda escolar específica”. Mangeón concluye en que “la escuela secundaria no puede convertirse en un medidor o cuantificar de fracaso. Debe ser sostenida como institución social que es, con un valor en sí misma, por lo que implica en cuanto al acceso a los concomientos, el proceso de socialización, derecho a la información y la comunicación de toda índole, porque para muchos quizás sea uno de los únicos lugares en el que acceda a determinados conocimientos que la vida le requiere. La sociedad muestra saberes, pero la escuela tiene que hacer la diferencia porque de eso depende que esos sujetos accedan a un futuro mejor”. (Fuente: El Diario)