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��No me pueden condenar, porque siempre respeté a las nenas y porque siempre fui un ejemplo en la casa y en Paraná, ya que daba la palabra de Dios en la Iglesia Visión Futuro”, pese a esta advertencia formulada por Eduardo Alberto "Lalo" Ríos, el tribunal no le creyó y lo condenó a la pena de 14 años de prisión por entender que fue culpable de los delitos de Abuso sexual agravado y Abuso sexual doblemente agravado contra sus tres hijastras de entre 7 a 12 años. El juicio a puertas cerradas concluyó en la Sala I de la Cámara del Crimen y tras escuchar el tribunal las penosas realidades padecidas por las menores, los vocales decidieron condenar a 14 años al conocido "Lalo", que vive en Cochrane al 200 de Paraná. Según se informó, el hombre fue procesado en 2007 y tras ser llevado a juicio, pese a declararse inocente, no pudo contrarrestar el testimonio contundente de las víctimas, como tampoco de las pericias médicas y psíquicas existentes. Ríos comenzó a abusar de las hijas de su concubina en 2005 y tras violarlas de una pasaba a la otra. El hombre nacido el 19 de enero de 1951 esperaba que su mujer se fuera a trabajar a la clínica Senderos para someter a las tres nenas. Los informes médicos detectaron que dos de las menores tenían en sus partes íntimas defloraciones importantes de vieja data, en tanto que la restante víctima tenía claros signos de violencia producidos por el acusado. Quedaron firmes las dudas que tenía la madre de las criaturas a la hora de darle credibilidad a los dichos de las víctimas, que alertaban que estaban siendo sometidas a situaciones graves y penosas. Por ello contaron las violaciones a otras parientas y amigas, familiares y allegados que en la etapa del juicio corroboraron estas situaciones. El equipo interdisciplinario de la Justicia estableció que las menores en sus declaraciones fueron veraces, no fabularon, además de padecer claros síntomas de haber padecido abusos sexuales. Por contrapartida, el informe de los psicólogos y psiquiatras dejó mal parado a Ríos, ya que “ refleja debilidad yoica, demuestra excesiva preocupación sexual, además de tener un hábito alcohólico importante, por lo que no se descarta un accionar delictivo en relación a los abusos denunciados”. Todo se descubrió en el seno de la casa, cuando la mayor de las hermanitas no soportó más los padecimientos sexuales. Ante esto enfrentó a la madre y le reclamó el respaldo necesario, ya que las dos hermanas restantes también eran presas de los ataques del padrastro. Pese a esta situación, Ríos esperó el juicio en libertad con severas restricciones de evitar a las menores. Tras ser encontrado culpable, fue esposado y derivado al Penal de la capital entrerriana donde purgará la pena impuesta por la Sala I de la Cámara del Crimen. La amenazó y le cortó las orejas Una de las víctimas llorando contó al tribunal que el acusado, luego de violarla la amenazó que no dijera nada a nadie, porque le pasaría los mismo a sus hermanas. A paso siguiente, dijo que tras atemorizarla le agarró la cabeza con las manos y tras aprisionarle las orejas la levantó, produciéndole dos cortes y desgarros detrás de las orejas. Tales lesiones fueron corroboradas por los médicos forenses de Tribunales que dieron cuenta de la existencia de ese tipo de anomalías, en especial, en los lóbulos. También quedó plasmado el testimonio de otro familiar que contuvo a una de las nenas. En el juicio aseguró que la menor intentó en varias oportunidades quitarse la vida.