Domingo 16 de mayo de 2010
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Interés general
Caranchos: la mafia que no es sólo de película
Estudios de abogados estafan a víctimas de accidentes y compañias de seguros. Fraguan el 10% de los accidentes. Como muestra la peícula no está solos. Cuentan con la complicidad de médicos, policías y un largo etcétera.
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Las víctimas de accidentes de tránsito son el objetivo de los "caranchos".

E

ran las 12.30 del 3 de marzo de 2004 cuando Roberto Medina, motoquero de profesión, fue embestido por un automóvil en Belgrano. Fue trasladado al hospital Pirovano para ser atendido de diversas heridas. En los pasillos del centro de salud, un policía le entregó una tarjeta de un estudio jurídico. Horas después, sin que él llamara a nadie, se presentó en su casa de Tigre una abogada que le aseguró que podía cobrar una importante indemnización. Medina aceptó la propuesta, pero sólo recibió diez pesos para pagar un taxi. Sus representantes legales cobraron la indemnización de la compañía de seguros y los honorarios: casi 10.000 pesos. El motoquero fue víctima de los "caranchos", también conocidos como "aves negras", "cuervos" o "rompehuesos": estudios de abogados que estafan a víctimas de accidentes y compañías de seguros. Como muestra la exitosa película Carancho , protagonizada por Ricardo Darín y dirigida por Pablo Trapero, las "aves negras" no están solas; tienen una red de colaboradores que les facilitan conseguir clientes. Según informaron a La Nacion fuentes judiciales, los "caranchos" no podrían concretar las estafas sin la complicidad de médicos, camilleros, choferes de ambulancias, empleados de funerarias y policías. "Se puede decir que la actividad de los «caranchos» goza de muy buena salud, más allá de que se descubrieron varios estudios de abogados que estafaban a víctimas de accidentes de tránsito y compañías de seguros. Esta gente cuenta con un aceitado mecanismo, integrado por empleados infieles de cocherías, hospitales y uniformados", explicó a La Nacion el abogado penalista José María Vera, que representa a Medina. El fraude con accidentes de tránsito a compañías de seguro impulsó la reacción de las empresas damnificadas. No hay estadísticas consolidadas para dimensionar el problema. Pero aquellos que integran el mercado de seguros mencionan que son fraguadas el 10 por ciento de las denuncias. Un perito que intenta hallar la verdad sobre un accidente detecta en promedio tres casos de fraudes cada mes. Por la cantidad de accidentes de tránsito en los que intervienen las aseguradoras no pueden evaluarse todos en profundidad. La Superintendencia de Seguros de la Nación informó que en el período 2008/2009 se resolvieron 1.309.473 casos de accidentes viales, por los que se pagaron 2.275.681.022 pesos. El volumen de causas vuelve imposible que los peritos se dediquen a investigarlas todas a fondo. Pero están determinadas ciertas falencias comunes en declaraciones fraudulentas, que permiten focalizar esfuerzos en casos sospechosos. "La tecnología perfeccionó a los grupos que se dedican a cometer fraudes con accidentes de tránsito. Ahora, los falsos certificados médicos son casi perfectos. Pero hay formas de detectar el engaño", explicó a La Nacion el liquidador de seguros José Luis Navissera Lanza. El abogado que estafó a Medina fue identificado por fuentes judiciales como Luis María Salsamendi. Está a la espera de ser enjuiciado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 20 porteño por administración fraudulenta. No sólo fue a juicio por el caso del motoquero, sino también por otra decena de hechos similares. (podría caberle una pena máxima de tres años de prisión y de seis años si los jueces consideran que hay agravantes) En mayo de 2007, Salsamendi fue detenido, acusado de haber ordenado matar a su ex cuñado, el abogado Jorge Matelman, agregaron los voceros consultados. El año pasado el juez de instrucción porteño Pablo Ormaechea y la División Defraudaciones y Estafas de la Policía Federal desbarataron una organización que estafaba a compañías de seguro. "El rompehuesos" Contrataban por 200 pesos a indigentes o personas infectadas con el virus del VIH, las dopaban y, con un martillo, les quebraban una pierna. Por eso, a uno de los detenidos lo bautizaron "el Rompehuesos". Después, contrataban a un automovilista para que atropellara a la persona que ya estaba herida. Los investigadores descubrieron que los "atropellados" eran siempre atendidos en los mismos hospitales de la zona oeste. La banda tenía contactos con médicos y abogados. En 1997, el por entonces juez de Lomas de Zamora Hugo van Schilt ?hoy integrante de un tribunal oral? investigó a 31 comisarías bonaerenses sospechadas de haber actuado en connivencia con estudios de abogados y fraguado sumarios judiciales de accidentes de tránsito. Se sospechaba, en ese momento, que 12 aseguradoras habían sido estafadas en 15.000.000 de dólares. En los pasillos de diferentes juzgados se asegura que el abogado Gabriel Novaro, que se hizo famoso por atrincherarse en su casa de Barrio Parque, fue en su momento un "carancho" muy conocido. (Fuente: La Nación)
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