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n el decreto 1.048/10 por el cual el intendente José Carlos Halle autorizó el aumento del boleto de colectivo (33,3 % el boleto general), se establece, entre otras que las concesionarias Mariano Moreno SRL y La Victoria SRL-ERSA deberían “en un plazo no mayor a los 20 días de notificadas del presente decreto presentar a la Municipalidad de Paraná un plan de incorporación a todas las unidades afectadas al servicio de un sistema de pago mediante la utilización de un boleto electrónico”, se lee en el artículo 5 del decreto de fecha 28 de julio de 2010. El citado boleto debería consistir en “una tarjeta plástica magnética recargable” que debería cumplir “como mínimo y en una primera etapa” de diferentes requisitos: por ejemplo, debería abarcar todas las categorías de boleto (general, obrero, estudiante, jubilado); debería existir una red amplia de centro de carga virtual (telecentros, kioscos, rapipagos, etcétera) y funcionaría con un banco de datos personales de cada usuario. Además, la idea era que el sistema de pago electrónico le proveyera a la Comuna las grillas con la cantidad de boletos vendidos, datos sobre los pasajeros, etcétera. Pero de los avances del proyecto oficialmente no se han informado novedades. Plazos El 9 de septiembre la Subsecretaría de Transporte municipal informó que el plazo de presentación del plan de implementación de tarjeta electrónica había empezado a correr a partir del día de notificación del decreto, esto es, el 30 de julio. Con lo cual, mirando el almanaque, se concluye que los 30 días hábiles que se les otorgó a las concesionarias para la presentación del proyecto de tarjeta monedero se cumplieron el 13 de septiembre. Sin embargo, si efectivamente las empresas presentaron la carpeta dentro de ese plazo, no hubo información oficial al respecto, aun cuando es un tema de importante interés para los usuarios. Este medio se comunicó dos veces, la última vez en el día lunes, con el titular de Transporte y Tránsito, sin poder acceder a datos acerca del plan de las empresas para implementar el sistema. En tanto, también se consultó anteriormente a la titular de la Secretaría de Planificación, de la cual depende Transporte, sin que tampoco se lograra información nueva sobre el tema. Inconvenientes Los usuarios se perjudican por la escasa existencia de puntos de venta, lo que implica recorrer varias cuadras para conseguir los boletos. Además, no es habitual encontrar comercios que vendan las tarjetas, con la consecuente necesidad de las monedas justas para sacar el boleto. Muchas veces esto resultará en pagar un boleto más caro que el precio corriente porque las máquinas no dan vuelto. Sobre este tema no se exigieron cambios a las prestatarias en el decreto que aumentó la tarifa, y si bien se menciona la queja de los usuarios por el tema, no se pide en la norma a las empresas que rindan cuenta de estos “remanentes” que quedan en las máquinas boleteras. Se trata de una especie de “redondeo a favor de la empresa”, que a todas luces va contra las legislaciones de protección al consumidor que rigen en la Argentina. El problema, que existe desde que se instalaron las máquinas ticketeras en los colectivos, varios años atrás, no se solucionó nunca. El GPS y su monitoreo Si bien las unidades de transporte urbano de pasajeros están siendo equipadas con aparatos de GPS desde mediados de 2009, su control por parte del Palacio municipal no se realizaba al menos hasta hace un par de semanas, por falta de equipamiento. En tanto se preveía que recién en octubre estarían colocadas las computadoras para que los inspectores pudieran ver en pantalla la marcha de las unidades a lo largo y a lo ancho de la ciudad. El decreto 1.048 también se ocupó de este tema, exigiendo en el articulado a las empresas la instalación de equipo y software para poder visualizar los datos, pues si bien cada coche tiene su aparato, el Municipio seguía hasta hace pocos días controlando con lápiz y papel, en las paradas, las frecuencias de las unidades. Se trata de dos máquinas que ya les mandaron a pedir a los concesionarios y las cuales se instalarán, cuando lleguen, en las oficinas de Transporte. El trámite se fue dilatando porque hubo que seguir una serie de pasos administrativos que fueron prorrogando el cumplimiento de la instalación. Con el centro de monitoreo en marcha, Transporte podrá ver en pantalla la cantidad de unidades afectadas al servicio, dónde se encuentra cada coche, qué diferencia de tiempo y distancia existe entre coche y coche, como así también comunicarse con las centrales de tráfico de ambas empresas concesionarios y dar instrucciones (con el fin de mejorar las frecuencias). Una cuestión importante es que la necesidad de contar con las pantallas en Transporte municipal para controlar y el pedido concreto a las empresas, surgió tras la audiencia pública, donde los usuarios criticaron la falta de monitoreo de estas señales satelitales por parte del Municipio. Es decir, la Comuna exigió GPS en cada colectivo pero los controles de frecuencia los seguía haciendo artesanalmente. De los avances con respecto al centro de monitoreo no trascendieron detalles oficiales. (El Diario).-