Domingo, 5 de diciembre de 2010   |   Municipales

Paraná se llena de edificios

Ya hay más de 40 en construcción, 15 a poco de iniciarse y otros 30 proyectos que esperan autorización de la Comuna. Un departamento nuevo de dos dormitorios bien ubicado llega a alquilarse en 4.000 pesos.
Las condiciones estructurales en la economía mundial y en la doméstica no han variado demasiado en los últimos tiempos, y a la alta renta que permite la comercialización de algunos commodities (materia prima que es referente de valor en el mercado), los beneficios de algunos sectores empresarios o profesionales o directamente el ahorro de algunas familias siguen teniendo un sólo destino visible hasta para el ojo más desprevenido en la capital provincial: la construcción de bienes inmuebles, especialmente los de altura.Paraná crece en edificios y a los recién levantados le brotan otros casi simultáneamente y así la postal citadina se fue modificando con fuerza en los últimos años a medida que las torres se fueron apoderando de las alturas, especialmente en las zonas más recoletas de la ciudad. Pero también han surgido decenas de propiedades de dos o tres pisos con un puñado de departamentos en virtud que la ciudad sigue padeciendo un gran déficit en materia habitacional.De acuerdo a los números que se manejan en la comuna, actualmente se están levantando unos 12 edificios que van entre los 10 y 14 pisos, a partir del diseño, proyecto y construcción de empresas locales. A la par, 15 proyectos ya se encuentran con la aprobación oficial y comenzarán en breve o bien están en el umbral de lograrlo. Simultáneamente, y aunque menos visible, pero no menos importante, se erigen unos 30 edificios de no más de tres pisos, si bien estos no siempre suelen elegir las zonas más estratégicas del plano urbano desperdigándose por distintas zonas.De este modo se advierte que la necesidad de la vivienda propia por un lado para centenares de personas -estudiantes, profesionales o para la primera vivienda- y la inversión para la obtención de una renta siguen movilizando la economía regional.Eduardo Loréfice, subsecretario de planeamiento de la Municipalidad de Paraná, asegura que, generalmente, los edificios en altura que poseen entre 10 y 14 pisos están dirigidos a los sectores sociales más altos de la ciudad, aunque algunos, los menos, tienen valores que se vuelven más accesibles a los sectores medios. “Los de tres pisos, al ser de construcción estándar se dirigen a un público de menos acceso, porque pueden tener uno o dos dormitorios, son muy parecidos y se utilizan para primera vivienda o estudiantes”, describe. El funcionario advierte y que si bien no todos llegan a concretarse, “existen unos 30 pedidos de autorización que seguramente comenzarán a levantarse en el próximo año, y si se ajustan a las normativas y cumplen con los requisitos previstos la Municipalidad no tendrá ningún inconveniente en aprobarlos”. CondicionesEl actual contexto de construcción está muy condicionado -cuando no determinado- por las exigencias de la comercialización. Es así que las empresas avanzan con los proyectos a partir de cómo van definiéndose las inquietudes de los potenciales compradores. De este modo construyen primero el esqueleto con un estilo y estética determinada, previendo que en cada piso pueden construirse determinado número de unidades a partir de los metros cuadrados, y se van definiendo sobre la marcha de la construcción gracias a las múltiples posibilidades que van desde un piso, semipiso o varios departamentos. La pregunta del millón siguen siendo: ¿Existe mercado para esta oferta creciente de unidades habitacionales ABC1 (el segmento de mayores ingresos) o C2 (clase media) en Paraná?Gastón Grand, presidente del Colegio de Arquitectos de la provincia y socio de la inmobiliaria Benvenutto y Zanni lo mira con el optimismo propio de quien se encuentra dentro del boom y de quien tiene las variables para analizarlo. “Soy optimista por lo que veo en mi estudio, por lo que sucede en la inmobiliaria y por analizar el mercado, además de serlo por naturaleza. Evidentemente hay mercado, y lo hay porque está dividido básicamente en dos clases de adquirente de estas unidades nuevas: la gente que compra como destinatario final y aquel que ingresa al negocio como una inversión. La demanda está segmentada desde el vamos, y además de la social está la geográfica, ya que están dispuestas en distintas ubicaciones”, asegura el profesional. En este sentido de razonamiento agrega que no hay muchas alternativas para colocar capital y obtener una renta con los actuales niveles de inflación. Lo que hace a la construcción tan seductora es que el capital se actualiza y que genera renta. En esto es como un campo. En cambio, “si ponés el dinero en plazo fijo obtendrás una renta por debajo de la inflación y el capital se inmoviliza. En el caso de un inmueble adquiere también valor por la plusvalía urbana, y si lo alquilás obtenés una renta, porque mercado hay para el alquiler, y mucha gente lo hace para vivir. A la hora de las definiciones, podría decir que hay un 50% que elige alquilar y otro que lo usufructúa él mismo”, precisa Grand. Este argumento implica que no toda la inversión proviene de la soja, sino que en los edificios existen profesionales, empresarios, industriales y comerciantes que apuestan sus ahorros a la construcción. A la hora de la conformación de la inversión, muchos que terminan saliendo no se quedan ni un año en el esquema. Integran un fideicomiso, por ejemplo, y una vez construido lo venden y obtienen también una ganancia importante. “Mercado hay”, dice Grand. “Pero no creamos que esto sucede en toda la provincia. Este tipo de inversión es propia de Paraná, y se puede ver algo en las principales ciudades de la Costa del Uruguay. Este proceso es fuerte en Paraná, donde el valor de la tierra requiere construir para arribar para amortizarla. Entonces, el valor del inmueble se actualiza y se produce un círculo virtuoso donde el dinero va a la construcción. Con más metros para arriba, más se amortiza el valor de la tierra”, concluye.Valores SelectivosUn departamento de dos dormitorios en un edificio coqueto de la ciudad oscila a la hora de la venta en torno a los 200 mil dólares. Si vemos que puede haber dos o tres departamentos por piso, la inversión para un edificio de 10 plantas se ubicará en torno de los 3 a 3,5 millones de dólares. Con un año como promedio de construcción, un importante inversor conocedor a fondo de este negocio confió: “en poco tiempo construís por tres y vendés por cinco. Y como demanda hay porque la plata que no va los bancos va a los ladrillos, de lo que se trata es ser cuidadoso en el proceso, porque el negocio está garantizado”, describe. En algunos edificios nuevos de la zona céntrica los departamentos se consiguen por 100.000 mil dólares. Estos suelen ser de unos 80 metros cuadrados y si no se los utiliza para vivir se los puede alquilar en torno a los 2.300 pesos por mes. Un estándar de dos dormitorios de menor nivel puede conseguirse a la hora del alquiler por unos 1.400 pesos. Estos son departamentos de unos 40 metros cuadrados que tienen un valor de mercado cercano a los 220.000 pesos. “Los monoambientes tiene más renta. Cuánto más chica es la unidad más grande es la especulación y más grande es la renta. Pero hay que decir que hoy por hoy la rentabilidad es baja, mucho menor a otros tiempos. Se está muy cerca de los costos, y si se sigue construyendo o los inversores siguen insistiendo, es porque un edificio o un departamento permite actualización del capital, no tanto por la renta obtenida”, confió un corredor e inversor del mercado que pidió reserva de su nombre. -¿Porqué sigue invirtiendo usted en construir un edificio?-La construcción brinda la seguridad de acompañar los evolutivos de la economía, y en los ciclos malos no perdés el capital, sólo hay que esperar que el ciclo bajo levante y otra vez vuelve a girar la rueda. Si hacemos un análisis de lo que valía el metro cuadrado hace 30 años y hacemos un comparativo con cualquier otro activo físico o financiero veremos que fue lo más conveniente. (Fuente: El Diario)

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