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altan pocos días para conocer la resolución final del conflicto judicial en el que derivó el ataque de dos perros rottweilers que destrozaron a una mujer en el patio de una casa del barrio Bajada Grande, de la capital provincial, hace medio año. Julio Gaitán fue imputado por el delito de Homicidio culposo, por ser el dueño de los animales y no haber tomado los recaudos necesarios para evitar la tragedia. La semana pasada fue citado a la declaración indagatoria, en la que se abstuvo, y solicitó a través de su abogado defensor la probation. Esto fue puesto en conocimiento del fiscal, que en los próximos días deberá resolver si acepta o rechaza el pedido, y luego el juez definirá si suspende el juicio a condición de probar la conducta del acusado, o si sigue adelante y profundiza la investigación del hecho. El 10 de abril el horror conmovió a los paranaenses y el hecho trascendió las fronteras de la provincia: una mujer fue ferozmente atacada por dos perros rottweilers, una de las razas consideradas más peligrosas. La escena desgarradora conmovió hasta a los pesquisas de la División Homicidios y funcionarios judiciales que fueron hasta la vivienda de calle Estrada al 3500. El hecho ocurrió al mediodía del 10 de abril, alrededor de las 12.30, a unos 50 metros de la comisaría 11ª. La primera versión que tuvo la investigación es a raíz de la declaración del dueño de la casa y de los perros, Julio Gaitán, quien mantenía una relación afectiva desde hacía tiempo pero no convivía con la víctima, Susana Proni, de 53 años. El hombre relató que fue ese mediodía a Puerto Sánchez a comprar pescado para almorzar, mientras que la mujer quedó en la casa sola con los perros. Gaitán se quedó un rato tomando bebidas con un pescador amigo Cuando regresó a su casa, alrededor de las 14, se encontró con la dramática escena de Proni ya fallecida producto del ataque de los animales. El mencionado pescador declaró en el Juzgado y confirmó que Gaitán estuvo, a la hora de la agresión de los perros a la mujer, con él en el barrio costero. Cuando parecía que la causa se cerraba por tratarse de un accidente, a fines de junio el juez de Instrucción Nº 5, Ricardo Bonazzolla, definió, de oficio, la situación del dueño de los perros: lo imputó por el delito de Homicidio culposo, y se debía continuar la investigación para establecer si le cabe alguna responsabilidad por no haber tomado las medidas de seguridad necesarias con los animales y resguardar la integridad física de Proni. Gaitán se presentó en Tribunales junto a su abogado defensor Marcos Rodríguez Allende, y esperó ser llamado a la indagatoria. Su versión defensiva sobre los hechos es que a lo ya mencionado sobre lo que hizo ese día, agregará que la mujer estaba en pareja con él desde hacía varios años, y criaron juntos a los dos perros, ella los bañaba y les daba de comer. Ese domingo la pareja estaba limpiando la casa y el hombre fue a comprar pescado, mientras los animales estaban encerrados en un galpón. Aparentemente Proni los sacó del lugar para bañarlos, y por haber estado la hembra en celo ambos la atacaron, y nada ni nadie pudo evitar el desastre. Le sorprende también que ningún vecino haya escuchado nada. Pedido de probation La semana pasada el imputado fue citado a la declaración indagatoria. Si bien se esperaba que de su explicación, prefirió abstenerse y pidió el beneficio de la suspensión del juicio a prueba. En estos días se correrá vista a la fiscalía de primera instancia Nº 4, a cargo de Juan Francisco Ramírez Montrull, quien definirá si acepta o rechaza que le otorguen la probation a Gaitán. Aunque teniendo en cuenta que no solicitó la imputación, sino que la realizó de oficio el juez, es probable que su postura se mantenga y sea favorable para el imputado, aunque resta esperar unos días para conocer esta decisión. En caso de rechazar el pedido, Bonazzolla dará continuidad a la investigación, y si lo acepta, lo más probable es que se suspenda el juicio con la condición de que Gaitán ponga a prueba su conducta, realizando tareas comunitarias. Cumplieron seis meses en el encierro En el primer momento cuando ocurrió la muerte de Susana Proni por el ataque de los dos rottweilers, se sospechó que ambos iban a ser sacrificados. Enseguida se alzaron las voces de proteccionistas de animales que rechazaban tal decisión, e intervino la Canadian Voices for Animals, una organización que se comprometió a acondicionar un espacio para llevarse los perros y tenerlos a resguardo. Pero al cumplirse medio año del accidente aún no hay novedades de estas medidas, y los animales continúan alojados en la Dirección de Zoonosis de la Municipalidad de Paraná, en caniles. Aunque estos son amplios y se los alimenta como corresponde, especialistas habían advertido que es peligrosa la situación en la que están, más aún teniendo en cuenta semejante antecedente. Según había manifestado el director de la mencionada área municipal, Matías Torres, esta situación “no es buena”.