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a tranquilidad en Santa Elena es sólo un sueño para los vecinos de algunos barrios, donde la violencia se apoderó de las calles y tiene nombres propios. Al menos así fue quedando en claro en el juicio que se desarrolla para tratar de esclarecer un violento episodio donde dos personas resultaron heridas por disparos de armas de fuego. Por este hecho, ocurrido hace casi cuatro años, acusan a dos hombres por querer matar a uno de sus rivales y herir gravemente al otro, pero estos apuntan contra la banda de los Guachos Pistoleros. La causa, que recién ahora llega a los Tribunales paranaenses, tiene algunos baches que ha dejado la investigación policial, lo cual dificulta esclarecer el sangriento episodio. Amenazas y tiroteo En las primeras horas de la madrugada del 11 de noviembre de 2007, la noche del fin de semana pasó de la diversión y el descanso a la violencia. En el barrio Fátima de Santa Elena, Juan Francisco Enrique, Walter y José Godoy estaban en la casa de su abuela, sentados en la vereda tomando algo con otros amigos más. Según consta en la acusación judicial, en un momento un auto Renault 12 bordó pasó por la cortada Artigas frente a ellos, y desde su interior dos personas los insultaron y provocaron. Los dos hombres que iban en el coche son Mario Stefano y Diego Vargas, y pasaron por el lugar varias veces, repitiendo los insultos y las amenazas hacia el grupo de personas que estaba en la vereda exhibiendo armas. Poco más tarde, Stefano y Vargas se bajaron del vehículo y fueron al kiosco ubicado frente a donde estaban Enrique y los hermanos Godoy. Pero luego se acercaron a ellos, portando en sus manos una escopeta y un rifle. Vargas apuntó y disparó el arma contra Enrique, quien quedó tirado con heridas en las piernas. El disparo agitó aún más los ánimos y la revuelta se generalizó. Gritos, peleas y disparos alertaron a los vecinos, que algunos se escondían y encerraban, y otros intentaban dar aviso de la gresca a la Policía. Con Enrique herido, los hermanos Godoy cruzaron la calle cuando uno de ellos, José, recibió un tiro en el pecho y cayó al piso. Vargas, con el caño de su escopeta humeante, se acercó a su contrincante que estaba en el suelo con graves heridas en órganos vitales y le apoyó la carabina en el cuerpo con la intención de acabar con su vida. Pero en ese momento otro sujeto apareció: Javier Sánchez, quien logró quitarle el arma a Vargas e impidió la ejecución de Godoy. Hasta aquí resume el hecho la requisitoria fiscal de elevación de la causa a juicio, que imputa a Vargas y Stefano de los delitos de Homicidio en grado de tentativa y lesiones graves por uso de arma de fuego en concurso real. Entre el martes y el miércoles transcurrieron los testigos que aportaron sus versiones del episodio para confirmar o rechazar la grave acusación a los dos santaelenenses. Según se informó, la causa presenta algunos vacíos que dificultan el esclarecimiento por completo del hecho debido a falencias en el inicio de la investigación, pero habrá que esperar a los alegatos para ver a qué conclusiones arriban el Ministerio Público Fiscal, representado por Cecilia Goyeneche, y el defensor de Vargas y Stefano, José Iparraguirre, que serán el martes a las 9, y la otra semana se conocería el fallo del tribunal integrado por Marcela Davite -presidenta-, Marcela Badano y Raúl Herzovich. Los Guachos Pistoleros En favor de los acusados, algunos testigos que declararon el miércoles advirtieron de la peligrosa banda que integran varios de la familia Godoy, quienes se autodenominan Los Guachos Pistoleros. “Son personas conflictivas, la gente les tiene miedo”, se comentó, Cacheta, Lenga, Ale, Coco, Tito, entre otros, son los más nombrados como los sujetos que asuelan el barrio Fátima de Santa Elena. “Los Guachos Pistoleros siempre andan armados, tienen inconvenientes con todos, van a los bailes y provocan problemas”, se escuchó. Sin embargo, dos de ellos resultaron heridos en la noche del 11 de noviembre de 2007, cuando se produjo una balacera en medio de una revuelta.