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o estudió agronomía o veterinaria, carreras que se podría esperar que eligiera el hijo de un productor de ganado vacuno de Entre Ríos. Se decidió por la Licenciatura en Bromatología, que estudia la producción de alimentos, sobre todo en sus aspectos químicos y sanitarios. Es entendible. Atilio Benedetti, de 56 años, presidente de Tierra Greda SA y actual diputado nacional, tiene una vocación: agregar valor a la producción primaria. Lo consiguió. "Tenemos 5,7 ciclos productivos por año", comentó Benedetti a La Nacion. En cada uno de esos ciclos se crían 200.000 cabezas. O sea que, anualmente, produce 1.140.000 pollos. El año pasado, Tierra Greda facturó 70 millones de pesos y tiene casi 80 empleados. Además, la empresa está por construir un criadero de porcinos, para 2000 madres, que ya tiene aprobación para comercializar cortes directamente al consumidor final. En 2010 Tierra Greda recibió el precio a la Excelencia Agropecuaria La Nacion-Banco Galicia en la categoría Mejor Avicultor. La firma se fundó en 1980, en Larroque, localidad entrerriana donde nació y se crió Benedetti. Esta empresa no siempre tuvo actividad industrial, pero con el tiempo pudo ir avanzando en cada uno de los eslabones de la cadena de valor. En sus primeros años de vida Tierra Greda se dedicó exclusivamente a la producción de semillas forrajeras. "A fines de los 80 nos dimos cuenta de que de la mano de la tecnología los rendimientos despegaban. Entonces incorporamos nuevas técnicas y volvimos al cultivo de maíz y trigo en Entre Ríos", dijo Benedetti, ya que por ese entonces la siembra de esos cereales se había abandonado en esa provincia. Gracias a la tecnología, Tierra Greda pudo crecer y salir adelante en un momento en que el precio de las commodities estaba por el piso. Según contó Benedetti, en los 80, "la ecuación, con los rendimientos de la zona, no cerraba por ningún lado". Para ese momento, Tierra Greda cultivaba unas 300 hectáreas. Crecieron No lo hicieron sólo en escala (hoy Tierra Greda trabaja 20.000 hectáreas y cosecha 60.000 toneladas de granos), sino que también avanzaron en la cadena de valor. El siguiente paso que dio Tierra Greda, en los 90, fue la producción de alimento balanceado, con el que proveyeron a los tambos y criaderos de pollos y cerdos de la región. Hoy, de las 60.000 toneladas de granos que produce Tierra Greda, el 30% se destina al autoabastecimiento de su criadero. El rendimiento es de dos kilos de granos para producir uno de carne. Para 2017, prevén que el autoconsumo alcance el 60% de la cosecha. La elaboración de alimento balanceado llevó a Tierra Greda a animarse a dar un paso más. "Vimos la necesidad de integrar otras actividades. Decidimos convertir los granos en carne avícola y porcina", señaló Benedetti. El primer criadero que instalaron en Larroque fue el de pollos, hace seis años. Benedetti recordó: "En ese momento, las industrias avícolas más importantes de Entre Ríos nos abrieron las puertas para mostrarnos lo que hacían. Como mi hermano Ricardo es ingeniero naval y en ese entonces recaló en tierra para darnos una mano, quisimos dar un paso más. Fue así como buscamos información de la industria avícola de todo el mundo y la contrastamos con las experiencias locales". Como consecuencia, el criadero que instalaron es la síntesis del "modelo de granja norteamericana, con bebederos franceses, comederos belgas y la tecnología de control de ambientes israelita", así lo detalló Benedetti. Esto lo consiguieron después de varios viajes, múltiples consultas con especialistas de todo el mundo y una inversión de cinco millones de pesos. De todos modos, Benedetti reconoció que la tecnología no suple el conocimiento y el sentido común de quienes deben estar a cargo de un criadero. Para graficarlo, contó a La Nacion cómo gracias a la sensatez y agilidad de sus empleados logró salvar 200.000 pollos: "Teníamos un mecanismo automatizado que estaba previsto para trabajar con una humedad relativa de hasta el 85%. Hubo un día de mucho calor y humedad y se paralizó el sistema de refrigeración. Gracias a la rápida reacción de las personas que estaban trabajando allí, se pudo solucionar el problema y salvar 200.000 cabezas". Por eso, Benedetti hizo hincapié en las habilidades de los entrerrianos en la cría de pollos. "Forma parte de nuestro bagaje cultural, somos todos descendientes de granjeros y agricultores que trajeron todo ese saber hacer", señaló. No es sólo con la cría de pollos que Tierra Greda pretende alcanzar el 60% de autoconsumo de lo que produce de granos y alimento balanceado. Esta meta la prevén lograr con la instalación del segundo criadero que tiene en mente esta empresa, el de porcinos. Se trata de un emprendimiento muy ambicioso: "Requiere una inversión de más de 40 millones de pesos", comentó Benedetti. "La infraestructura es muy compleja. Hay que hacer inversiones por sanidad, para tratamiento de efluentes. El sistema de cloacas que se necesita para criar 2000 madres es equivalente al que se requiere para una ciudad de 50.000 habitantes", destacó. "En lo que respecta a cerdos, vamos a estar más cerca del consumidor. Tenemos la séptima parte de un frigorífico, que ya está habilitado a fase dos, es decir, puede vender los cortes directamente: llegaríamos a la carnicería", comentó Benedetti. Este nuevo proyecto se financiará con crédito bancario. Gracias a ese medio, Tierra Greda fue creciendo en cada una de las etapas que se propuso. Por supuesto, también se utilizaron créditos comerciales y las rentas de la empresa. Benedetti no está solo. "Todo esto lo pude hacer gracias a que pasé por la aventura de formar un equipo que está a la altura de las circunstancias.", reflexionó. La mesa chica de Tierra Greda está compuesta por Atilio, su hermano; Ricardo, su hijo mayor; Francisco, politólogo, a los que se agregan, según los temas, los responsables de las distintas áreas.