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e la redacción de INFORME DIGITAL La justica resolvió por unanimidad condenar al ex jefe de Hemoterapia del Hospital San Roque a Ricardo Alcain a tres años de prisión en suspenso y cuatro años de inhabilitación absoluta para ejercer cargos públicos, por los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abandono de persona, en el marco de la causa del juicio oral y público por la transmisión de VIH a una embarazada, a quien se transfundió sangre contaminada, en el hospital San Roque en el año 2006. El abogado defensor, Raúl Barrandeguy, se mostró prudente a la hora de hablar sobre una eventual apelación, argumentando que primero quiere conocer los fundamentos ya que consideró “no sería del todo responsable decir que vamos a apelar nada más que porque el fallo ha sido adverso”, aunque admitió que “todo haría indicar que vamos a interponer el recurso de casación”. En diálogo con radio f5, Barrandeguy manifestó: “la opinión la voy a concretar en el escrito que haga impugnando la sentencia y solicitando la apertura de la instancia casatoria”. Sin embargo, el letrado dejó de lado las expresiones moderadas al considerar que “los verdaderos responsables no han sido ni siquiera molestado” y que “más allá de que respeto profundamente la decisión de los jueces, no ha sido justa”. “Un sistema de salud sólido, firme y eficaz debe sostenerse sobre la base de una responsabilidad implacable con quienes son autores de infracciones y una eximición de responsabilidad a favor de aquellos que no tienen nada que ver con las infracciones que se atribuyen”, cuestionó. Por último, Barrandeguy sostuvo que “la verdadera cuestión, que es quien transfundió la sangre contaminada, quién la vio, quién tenía obligación de avisar y no avisó no ha sido considerada al menos en la parte resolutiva del fallo”.