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il doscientos diecinueve días estuvo a la sombra. Privado de su libertad. Tres años y cuatro meses; 1.219 días. Ese es el precio que tuvo que pagar el médico Juan Antonio Zaccaría por su participación en un hecho aberrante que muestra en forma explícita las consecuencias del terrorismo de Estado en los días presentes. El ex jefe de terapia intensiva del Hospital Militar recibió el beneficio de la libertad condicional por haber cumplido dos tercios de la pena que le impuso el Tribunal Oral Federal de Paraná, por su participación en la sustracción y sustitución de identidad de los hijos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, nacidos en marzo de 1978. La medida fue firmada ayer por Lilia Carnero, en su rol de jueza de ejecución, haciendo lugar a un pedido del defensor Humberto Franchi. Zaccaría fue condenado, el 21 de octubre, a cinco años de prisión por robo de bebés. El médico de 71 años estaba detenido desde 2008, primero en la cárcel –donde protagonizó un intento de suicidio y tuvo dos accidentes cerebro-vasculares– y luego en domicilio. El tribunal consideró que como jefe de terapia intensiva del Hospital Militar “prestó una colaboración esencial para que la maniobra se concretara” ya que “ordenó la internación de manera irregular de Raquel Negro sin consignar los datos identificatorios, ni su lugar de procedencia, y de idéntica forma admitió la presencia de los mellizos en la sala, también de forma subrepticia e irregular”. Sabrina Gullino recuperó su identidad en diciembre de 2008, pero su hermano mellizo continúa desaparecido. El juicio que terminó con la condena a cinco militares a penas de entre 5 y 14 años de cárcel –y una absolución– aportó nuevas líneas de investigación sobre el paradero del varón, pero hasta el momento no hubo novedades. Cuentas pendientes Zaccaría no tiene por el momento más imputaciones por su rol durante la dictadura. Sin embargo, se remitió al Juzgado Federal de Paraná una copia del testimonio que brindó en el juicio una técnica de laboratorio del Hospital Militar. La mujer contó el episodio con una persona no identificada, registrada como NN. “Tuve oportunidad de atender una cirugía a un NN”, dijo la testigo. Contó que buscó los elementos para extraer sangre y establecer el grupo y factor RH y que un médico, en el quirófano, le dijo: “No hay necesidad de eso porque dentro de un rato se muere”. La profesional aseguró que igual lo hizo porque era su función y ante una pregunta sobre quién le dio esa instrucción apuntó: “El doctor Juan Antonio Zaccaría”. Si bien en el juicio no se mencionó el nombre de la víctima, los datos coinciden con Pedro Miguel Sobko, secuestrado en Paraná el 2 de mayo de 1977 y aún desaparecido. El militante del PRT-ERP fue detenido ilegalmente por agentes de la Policía de Entre Ríos y entregado a la Policía Federal. Mientras era trasladado, en el baúl de un auto, intentó fugarse, fue baleado e ingresado al Hospital Militar, donde habría muerto. Se presume que sus restos fueron inhumados como NN en el Cementerio Municipal. Ese hombre, Sobko, podría ser quien lo lleve nuevamente a los tribunales.