Domingo 18 de marzo de 2012
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Paraná
En Paraná hay un auto cada 3,5 habitantes
El porcentaje supera la media nacional, que es de un vehículo cada cuatro personas. Circulan cada vez más coches en una trama vial inadecuada a las necesidades de una ciudad que crece.
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Paraná es una de las ciudades con mayor promedio de autos per cápita.

S

i bien no hay datos precisos sobre cuántos automóviles circulan en Paraná, se calcula, en base a los registros que maneja el área de Tránsito Municipal, que hay alrededor de 100.000 vehículos. En la capital provincial, con 340.861 habitantes, existe un promedio de un auto cada 3,5 habitantes; más que la media nacional, que especifica que en el país hay un coche cada cuatro personas. En este sentido, el secretario de Planificación e Infraestructura de la Municipalidad, Guillermo Federik, señaló que “Paraná es una de la ciudades que más automóviles per cápita tiene en la Argentina, junto a Mar del Plata. El crecimiento exponencial, que va de la mano del proyecto económico, tiene como correlato directo un aumento constante del parque automotor”. Así lo confirmó Lucía Reiss, gerenta comercial de una reconocida concesionaria, quien señaló que “durante el año pasado se patentaron 6.695 automóviles en Paraná; la segunda plaza fue Concordia, con 2.250; contabilizándose un total de 22.459 patentamientos en toda la provincia”. Asimismo, detalló que “comparando enero y febrero con igual fecha de 2011, se registra un crecimiento del 8%”. Hay cada vez más automóviles en las calles, y a esto se suma la gran cantidad de motocicletas y otros vehículos que circulan por las arterias de la ciudad. Además de los problemas que esto provoca en el ordenamiento del tránsito, se advierten otras dificultades, como la falta de lugares para estacionar, inconvenientes al momento de conseguir una cochera para alquilar, además de la polución ambiental y el reemplazo de espacios públicos y edificios históricos por playas privadas donde dejar los autos. “En el Código de Edificación se especifica que los nuevos edificios que se construyen garanticen cocheras para el 50% de la unidades habitacionales, y estamos estudiando elevar ese porcentaje al 75%. Y por otra parte, se estableció la prohibición de habilitar nuevas playas de estacionamiento, justamente para proteger el patrimonio histórico de la especulación inmobiliaria”, indicó Federik. “Sabemos que hay un atraso de más de 20 años en la adecuación de la trama vial. Ahora pensamos en un ordenamiento del microcentro en una contingencia, donde vamos a comenzar con las restricciones en el estacionamiento, pero planificamos un ordenamiento integral del tránsito en el resto de la ciudad, con un plan integral que incluye nuevos semáforos, ensanchamiento de calles y establecimiento de carriles exclusivos para el área metropolitana de aquí a fin de año”, aseveró. Asimismo, el subsecretario de Tránsito y Transporte de la comuna, Héctor Bergara, coincidió en que “las calles de Paraná no han sufrido demasiadas modificaciones y ensanchamientos desde hace décadas, y el espacio no es suficiente para tantos autos, sobre todo en el microcentro, donde la medida de restringir el estacionamiento tiene como objetivo desalentar el ingreso de vehículos en este espacio, fomentando la idea de dejar los coches en lugares periféricos e ingresar caminando, o llegar utilizando el transporte público de pasajeros, que también debería adecuarse a un mayor flujo de usuarios”. Consultado acerca de si la medida alcanza también a las motocicletas, Bergara admitió que “se está evaluando la posibilidad de disponer de un espacio para que las motos sí puedan estacionar en el centro, aunque eso todavía está en estudio”. Limitar la circulación por el microcentro Por su parte, el licenciado en Accidentología Vial Fernando Ferrari, opinó que “habría que impedir que gran cantidad de vehículos ingresen al microcentro. Los autos se concentran porque Paraná tiene importantes vías de entrada, como es la avenida 25 de Mayo, pero no de salida: en el caso de calle Carbó, que tiene semáforos y debería ser una vía rápida de egreso, hay una gran cantidad de negocios, como corralones, donde la gente tiene que esperar que entre un camión a descargar la mercadería y se demora la circulación; también hay una estación de servicios donde se forman largas colas que obstruyen parte de la arteria; cerca de avenida Ramírez existe una escuela y una iglesia donde se aglomeran vehículos. Y en el caso de calles Colón y Victoria, los badenes propios del terreno impiden un paso rápido”. Para paliar el problema de la concentración del tránsito, el profesional sugirió “despejar de automóviles las zonas saturadas de peatones, como es el microcentro, porque además Paraná tiene veredas muy angostas. Más allá del estacionamiento, que seguramente va a mejorar la circulación de colectivos y taxis pero no va a moderar el flujo vehicular, se podría aplicar una medida como la de limitar la entrada de autos de acuerdo a las patentes: un día ingresan los autos cuya terminación es número par, y al siguiente los impares, tal como se hizo en Buenos Aires, Córdoba o Rosario”. En contraposición a esta propuesta, Federik opinó que esta disposición sería de difícil control y no aportaría una solución a este tema. El orden no solo es una cuestión de espacio físico A los inconvenientes que genera la gran cantidad de vehículos que circulan en Paraná, se suma la falta de respeto que los conductores tienen por las reglas de tránsito. Estela es instructora en una academia de manejo y expresó que “la plaza creció bastante y esto perjudica al tránsito, ya que las calles son angostas. Pero además de esto hay mucho desconocimiento de las normas de tránsito, y lo notamos en las clases. Si a la gente le enseña un pariente o amigo, seguramente van a aprender a manejar, pero lo que deben es aprender a conducir”. Frente a esta situación, Héctor Bergara señaló que “con la implementación de la licencia única de conducir se va a requerir una mayor preparación de quienes pretender sacar el carné, ya que los exámenes van a ser más estrictos. En este momento ya armamos el equipo y la semana pasada comenzaron a capacitarse para luego implementar la instrucción correspondiente”. “El trabajo de fondo que estamos realizando es mayormente educativo y procuramos una toma de conciencia por parte de la gente, que tiene que acostumbrarse a respetar las normas. Pero también seremos rigurosos a la hora de aplicar las medidas necesarias para que esto ocurra. Estamos convencidos que los resultados se van a ver a mediano plazo”, recalcó por último el funcionario, en relación a las futuras medidas en la materia.
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