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n los próximos días, el Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) de Paraná elevará al Concejo Deliberante la normativa que impulsa la prohibición para hacer nuevos barrios privados en la ciudad. La intención es que en la próxima sesión, la primera del año, tenga ingreso formal y se inicie el debate parlamentario.
La medida anunciada por la intendenta, Blanca Osuna, durante el discurso de apertura de sesiones ordinarias del cuerpo deliberativo se inscribe en un política de gestión basada en la búsqueda de una sociedad integrada, de recuperación y uso de los espacios públicos, privilegiando el interés comunitario.
Si bien la norma impedirá la presencia de estos emprendimientos urbanos a partir de ahora, en relación a los existentes la jefa comunal adelantó que se pretende que “flexibilicen” criterios para integrarse a la comunidad.
“Lamentablemente hay un despliegue de esa modalidad de urbanización que no compartimos, que tiene que ver con una concepción noventista neoliberal, y una idea de servicio de elite, en contrario u opuesto a una comunidad que construye una ciudad integrada. La ciudad tiene desde ya contrastes duros, una dualidad. No la acentuemos, por el contrario, trabajemos para que esas iniciativas no hagan de Paraná una ciudad con sectores para pocos”, reafirmó.
La normativa “va para adelante” por lo que no pone impedimentos a los proyectos en marcha.
Sin embargo, para la titular del gobierno de la ciudad la norma impulsada permitirá establecer, como criterio, un diálogo con las iniciativas en curso.
“Apuntamos en ese marco a que a través del diálogo lleguemos a acuerdos que flexibilicen este criterio de barrio estrictamente cerrado. La idea de barrio cerrado tiene por supuesto una concepción de seguridad y calidad de servicios que atenta absolutamente con una visión integral de lo que tiene ser la seguridad y mejora de servicio que sostenemos todos”, remarcó.
Al respecto, citó que en el marco de esta visión y gestión urbana ya hubo contactos con los emprendedores “y en algunos casos nos hemos encontrado con buenas actitudes, por lo que tengo expectativas de poder construir acuerdos, más allá de las razones que puedan asistir a quienes están definiendo un formato urbanístico: el acceso al río y la circulación por las calles serían algunas de las metas que la gestión municipal pretende consensuar”.
En ese sentido, insistió: “No queremos ir en contra de ellos si está todo en regla y hay apego a las normas. Hay cosas que ya están dadas, que heredamos de la anterior gestión y no se puede modificar retroactivamente lo que ya está acordado y entregado. La idea es que de ahora en más no se habiliten más barrios privados”, planteó.
Finalmente, opinó: “Los barrios privados van en búsqueda de desplazar al común de la gente, de lugares con valores intrínsecos de belleza natural, de la visión del río, que se contraponen con la idea que venimos trabajando de recuperación del borde costero. Durante los últimos años se convalidó aquello de que los que tienen más poder económico se apropian de esos lugares. Si ese no es el espíritu en los casos de Paraná, creemos que con aquellos emprendedores de estos formatos en Paraná, podemos conversar y ver cómo lo superamos”.
Rosario, municipio ejemplo en materia de planificación urbana, a través de medidas como la recuperación de vastas zonas de la costa del río para el acceso público, es uno de los pocos municipios el país que prohibió los barrios privados o cerrados y clubes de campo hace más de dos años.
