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e la redacción de INFORME DIGITAL Desde hace varios años, las candidaturas para cargos legislativos pero también ejecutivos dentro del kirchnerismo nacional y provincial se vienen definiendo en función del criterio del Presidente o gobernador en ejercicio (según el caso), de quién considera quién mejor garantice la continuidad de su gestión, algo que por lo general termina decantando en que los elegidos sean un hombre y mujer del entorno más cercano, del riñón, como suele decirse en la jerga política. Entre Ríos no ha sido la excepción a esta realidad y en los últimos meses se escucharon varios reclamos y pretensiones, sobre todo de los intendentes: postulaciones para 2015 independientes del aval de Sergio Urribarri y un pedido destinado a obtener una garantía legal para poder competir: la reforma de la Ley Castrillón. En ese marco, el intendente de Villaguay, que el fin de semana mantuvo un encuentro con su par de Santa Elena Daniel Rossi (Ver: la curiosa anécdota del encuentro con Rossi), consideró en diálogo con Radio F5 que “es necesario que en cada departamento se vuelvan a elegir los diputados por la voluntad popular de los ciudadanos. Creo que es lo más sano y hay que reformar la Ley Castrillón, fundamentalmente en su artículo 6 para que se pueda presentar el gobernador sin la lista, sino que la lista se arme en los partidos”. Fuertes advirtió sobre las posibles consecuencias negativas que podría tener la continuidad del actual sistema de designación de candidaturas, inclusive para una posible postulación nacional de Sergio Urribarri: “si eventualmente hay que ir a unas paso con nuestro candidato a nivel nacional, que es Sergio Urribarri, la posibilidad de que en ese sector compitamos muchos sumándole por varias colectoras a su proyecto me parece que es bastante mejor que cerrarnos en decisiones unilaterales, que hay un montón de gente que se queda fuera como ya lo han expresado algunos intendentes y terminaron yéndose a otros espacios por la carencia de participación en el nuestro”. “Estas turbulencias, estas opiniones, que son absolutamente normales en democracia, suenan altisonantes porque en los últimos años hemos construido un peronismo sin voces que opinen y a mí me encanta que la gente opine. No hay que escandalizarse porque un compañero opina”, concluyó Fuertes.