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e la redacción de INFORME DIGITAL En medio del debate por el “Argentina Trabaja” y antes de que se discuta el Presupuesto 2014, una particular discusión se dio en la Cámara Baja provincial sobre una problemática que ha tenido en los últimos días gran repercusión en los medios nacionales y provinciales: el narcotráfico. “Rosario está más cerca de la droga”, fue el comentario del diputado oficialista Daniel Ruberto que desencadenó la desaprobación de los bloque opositores. En rigor todo comenzó a partir del discurso del socialista Lisandro Viale en el que cuestionaba un proyecto por el cual se autoriza al Poder Ejecutivo a utilizar, para la adquisición de materiales, herramientas e insumos necesarios para la implementación y ejecución del programa nacional “Argentina trabaja” el procedimiento de contratación directa por vía de excepción. El socialista afirmó que “el camino para hacer una mejor provincia no es la desviación de facultades”. “Tenemos buena fe, pero lo que no tenemos es ejemplos concretos que nos permitan confiar”, lanzó Viale en el recinto. Al mismo tiempo Daniel Ruberto (FPV) desaprobaba con gestos y en silencio los dichos de su par. En otro tramo de su exposición Viale trajo como ejemplo lo sucedido con la fábrica de cosechadoras a la que el Ejecutivo le otorgó cinco millones de pesos y “que terminó siendo una estafa” porque “no se generaron puestos de trabajo, no se instaló la fábrica y estos millones de pesos no se sabe dónde están”. "Ojalá que dentro de un tiempo no nos digan que fuimos estafados, con los Planes Argentinas Trabaja o el Más Cerca”, dijo Viale. Desde el otro lado del recinto interrumpió Ruberto y devolvió el golpe con un contundente comentario: “Rosario está más cerca de la droga”. Inmediatamente, la legisladora del FAP, María Emma Bargagna, saltó en defensa de la provincia gobernada por los socialistas: “Eso no se lo voy a permitir. Es una barbaridad”. El presidente de la Cámara, José Allende, intervino y puso fin al exabrupto de Ruberto que molestó hasta al radical Agustín Federik.