E
l dirigente afirmó sobre la iniciativa que insta a prevenir y tratar la enfermedad: “estamos todos de acuerdo en que debe tratarse el flagelo que produce el juego en nuestra sociedad”, pero recordó que “justamente en diciembre del año pasado en forma pacífica hubo una oposición férrea por parte de las distintas comunidades religiosas, gremios como ATE, bloque de concejales Color Gualeguaychú y los partidos políticos Unión Cívica Radical, Partido Socialista, Nuevo Espacio, Gen y Pro, todos de Gualeguaychú, a la apertura de una nueva sala de tragamonedas”.
“Tardíamente, luego de inaugurada la nueva la sala de tragamonedas en Gualeguaychú, se presenta el proyecto en cuestión” critica Vitale. En el mismo, se reconoce a la ludopatía como un trastorno mental o adicción patológica a los juegos de azar, lo cual fue pregonado hasta el hartazgo pero jamás escuchado por el gobierno. Se ofrece una serie de medidas – loables por cierto – pero nada dice sobre erradicar este tipo de ´emprendimientos´ de la ciudad y la provincia”, señaló.
El dirigente radical opina que “básicamente, nos quieren dar la vacuna luego de haber contraído la enfermedad”. Y preguntó: “¿creció el sufrimiento de las familias por el juego? ¿Cuál fue la razón para que el intendente (Juan José Bahillo), y en éste caso, los legisladores que representan al Departamento de Gualeguaychú, nada dijeran al respecto?”. A esto agregó: “sabemos que el juego al gobierno y sus socios, a costa de aumentar en número la ludopatía en la sociedad, les otorga ganancias siderales en forma permanente”.
“La prevención debiera haber comenzado con evitar nuevas salas de tragamonedas y luego sí apuntalar con la ley el tratamiento de la ludopatía” se queja el presidente del Comité de Gualeguaychú. Sin embargo, endemientras, “dichas máquinas siguen funcionando y cada vez más”, afirmó como consigna El Argentino.
“Al igual que el resto de las adicciones, para evitar la ludopatía, deben realizarse acciones en serio, y no pantallas publicitarias con miras a las próximas elecciones. La provincia y nuestra ciudad merecen verdaderas políticas de Estado, y no parches luego que nuestros representantes despierten de la siesta”, fustigó.
Según retoma el dirigente, en diciembre pasado se manifestó públicamente una serie de argumentos contra los emprendimientos de juegos de azar en la zona. Los motivos eran, en primer lugar, “el señor intendente, representante político de Gualeguaychú, no puede desentenderse de las necesidades de la Comunidad”.
“Apoyando con su silencio un daño mayúsculo que recaerá sobre las familias de condición más humilde. El gobierno municipal ha puesto injustificadas trabas a la presentación de firmas suscriptas por aproximadamente 3.000 vecinos, evitando así la concreción de una Audiencia Pública” sostenían.
Además, decían que “la ludopatía causa estragos en la sociedad, a punto de quebrantar la familia como núcleo fundamental. No puede ningún gobierno alentar esta clase de negociados cuando ponen en serio riesgo la seguridad de la población”. En tercer lugar, “la Sala de Tragamonedas es un negocio de privados y sólo para privados; que se enriquecerán inmoralmente a costa de los ingresos de las familias gualeguaychuenses” denunciaban en aquella oportunidad.
Por otra parte, subrayaban que “nada de lo recaudado por estos depredadores se volcará a Gualeguaychú; todas sus ganancias partirán lejos de aquí. No es cierto que tenga fines turísticos, pues sólo se alimenta del esfuerzo de los habitantes de Gualeguaychú, quitando del bolsillo de los gualeguaychuenses la escalofriante suma de aproximadamente 6 millones de pesos mensuales”.
El documento proseguía con dureza: “el juego en manos privadas significa abrir las puertas al lavado de dinero, la trata de personas y el narcotráfico; jamás tendrá como fin fortalecer el trabajo, la educación y la salud. No aceptamos ni nos resignamos a una ciudad signada por un futuro de corrupción. Por todo ello reiteramos nuestro más enfático rechazo a esta desdichada política que desprecia al ser humano, privilegiando el negocio de unos pocos que son amigos del poder”.
“Por ese entonces, hubo un silencio sepulcral por parte de los gobiernos provincial y local; desentendiéndose de la problemática mediante excusas propias de quien carece de compromiso con la comunidad”, recalcó Vitale, y añadió: “Es de público y notorio el crecimiento desmesurado de los juegos de azar en la última década, donde se abren más casinos que fábricas; más y más negocios que esquilman a la gente”.
