D
e la redacción de INFORME DIGITAL La anónima distribución de un supuesto decreto –el número 3.317- que adelantaba las elecciones para febrero de 2015 en Entre Ríos generó revuelo en la prensa y en la Casa Gris, donde el documento fue deslizado, incluso, debajo de las puertas de las oficinas. “Yo no he firmado ningún decreto. Hasta me parece raro el número porque creo que van por el 1.200. Hacer casi 2 mil decretos en estos días es imposible”, dijo el ministro de Economía provincial Diego Valiero, ante la consulta de INFORME DIGITAL. Ante la pregunta de si se está hablando en el ámbito del Ejecutivo la posibilidad de adelantar las elecciones, Valiero contestó vehemente: “yo no lo he firmado –al decreto- ni conozco nada de los temas”. Así el funcionario confirmó que el texto normativo, difundido por manos anónimas, es trucho. (Ver: “El supuesto decreto que adelantaría las elecciones”). Este martes, el presidente de la Cámara de Diputados, José Allende (FPV) dio a entender que era falso. El adelantamiento de las elecciones no es un tema menor en la provincia, y sobre todo en la actual coyuntura política, con las elecciones en la agenda de todos los medios, y las candidaturas y especulaciones a la orden del día. Desde hace algunas semanas el adelantamiento de los comicios en Entre Ríos para el año que viene se viene barajando en la política entrerriana. Sobre todo en la oposición que ve como una posibilidad ese hecho. En rigor el decreto falso, firmado con los nombres del gobernador Sergio Urribarri y el ministro de Economía Diego Valiero, que lleva el número 3.317 con fecha de este martes disponía “la convocatoria a los ciudadanos del distrito electoral de Entre Ríos para el día 22 de febrero de 2015, a los efectos de que procedan a elegir: gobernador y vicegobernador: 17 senadores provinciales titulares y sus respectivos suplentes, 34 diputados provinciales titulares y sus respectivos suplentes y vocales titulares y suplentes de las Juntas de Gobierno”. Si el texto era verdadero se resolvía nuevamente desdoblar la elección local de la nacional, como ocurrió en 2007. De esta manera, el oficialismo dejaría sin referencias nacionales a una oposición carente de liderazgos en la provincia y acortaría a la mitad el tiempo para la construcción de alianzas y el armado de listas.