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e la redacción de INFORME DIGITAL Si había algo que no quería el sector más duro del oficialismo era la continuidad de Pablo Donadío (de origen radical) en la Defensoría del Pueblo. El que aparecía como la mejor alternativa para el Ejecutivo era Sebastián Tomassi, pero no para el solanismo, sector con el que se vincula al reelecto Luis Garay. Garay tuvo una buena convivencia al frente de la Defensoría con su adjunto Pablo Donadío, ex concejal radical, lo que complicó aún más los planes oficiales. Como para hacerle más empinada la cuesta, Tomassi había sido impugnado por su condición de funcionario y este planteo recibió el apoyo del concejal Guzmán, que responde a Gastón Grand y Julio Solanas. Así las cosas, comenzó la votación imponiéndose modo de votación por fórmula; la otra posibilidad era que se votara un postulante quedando como titular el que obtuviera más votos y como adjunto el segundo. Al plantear abstenerse la concejal del hallismo Alicia Portillo, el presidente del cuerpo explicó que la abstención no se compute a los fines de calcular la mayoría, por lo cual equivalía a una ausencia. Los dos tercios se calculan sobre los votos positivos. Sólo el concejal Pacífico planteó su voto a Tomassi, tres plantearon la abstención (equivalente a la ausencia) y dos optaron por irse directamente. De ese modo, con los cuatro votos del solanismo, los tres ediles radicales, el socialista Haddad y Graciela Berón (Recuperación Peronista), el binomio Garay-Donadío logró su continuidad al frente de la Defensoría del Pueblo, sumando 9 votos sobre 10. La votación positiva de los osunistas hubiera impedido que la mayoría llegue a los dos tercios, dejando las cosas 9 a 6 y obligado a una negociación, paro los tiempos se habían dilatado demasiado, con dos cuartos intermedios pero ya no había posibilidad de consenso.