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e la redacción de INFORME DIGITAL El macrismo entrerriano está lejos de ser un partido con una estructura en condiciones de afrontar una elección más allá de las coyunturas políticas que puedan favorecerlo o no en determinado momento. De ahí se explica que la dirigencia nacional haya apostado (y lo siga haciendo) a la captación de figuras carismáticas como puede ser Alfredo De Ángeli o alianzas con fuerzas con mayor estructura como la UCR, pese a la intención de algunos dirigentes que apuntaban a un desarrollo territorial propio. Esta política, manejada centralmente desde Buenos Aires, con operadores como Miguel de Godoy y Emilio Monzó y, actualmente, con el interventor del partido amarillo en Entre Ríos, Rogelio Frigerio, que reporta directamente a Buenos Aires, terminó por generar rispideces con algunos dirigentes entrerrianos que se vieron sin autonomía para tomar decisiones, lo que finalmente desembocó en el distanciamiento y luego la salida del ex presidente Armando Saliva. El concordiense, que hoy es precandidato a intendente del massismo en la Capital del Citrus –dentro del sector que lidera Adrián Fuertes- parece seguir con la espina clavada y este martes se despachó contra la figura del PRO para las próximas elecciones: el senador nacional y precandidato a gobernador Alfredo De Angeli. A través de la red social Facebook Saliva calificó al ex titular de FAA como “Traidor a los suyos, acomodaticio, perdulario, ladino y retardatario”, en una publicación titulada “Minga al gran frente”, en obvia referencia a una de las muletillas que supo utilizar el ruralista en sus discursos durante el conflicto por las retenciones en 2008. “Recitando frases dictadas, fingiendo autonomía desde su poltrona en el congreso da de baja todas las reivindicaciones planteadas en el Grito de Alcorta”, acusó Saliva a “aquel dirigente luchador y contestatario, hoy se ha convertido en la más rancia expresión del unitarismo capitalino”. La última es una obvia referencia a los manejos desde Buenos Aires que convirtieron a Saliva en una figura formal como autoridad partidaria y que hoy definen candidaturas y alianzas.