E
l primer “Tribunal Internacional Monsanto” es una iniciativa de más de 1.000 organizaciones que se llevará a cabo este fin de semana en La Haya, localidad de los Países Bajos donde reside el juzgado internacional, para reunir prueba sanitaria y jurídica que sirva para incorporar la figura de "ecocidio" a los delitos que juzga la Corte. Se trata de una especie de tribunal popular, sin valor jurídico real. Entre los argentinos participantes se encuentra el paranaense Damián Verzeñassi, impulsor de los Campamentos Sanitarios que se realizan desde la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario. Tienen como fin recopilar información sobre enfermedades y causas de muerte. Han detectado un aumento considerable de casos de cáncer, hipotiroidismo, obesidad, infertilidad, abortos espontáneos y malformaciones, entre otros, que atribuyen a las fumigaciones con glifosato. Algunos de los campamentos sanitarios fueron realizados en localidades entrerrianas. Entre las investigaciones que se difundirán en La Haya está la del aumento de los casos de cáncer en la región entrerriana con epicentro en San Salvador. Sobre el relevamiento hecho allí en 2015, Verzeñassi señaló que “entre 2000 y 2014, en 80 de los hogares visitados se refirieron 84 casos de cáncer diagnosticados, de los cuales el 46,4% se había dado en los últimos cinco años". Además se conoció que el polvillo de la ciudad entrerriana contiene alta carga química y de partículas, lo que genera un gran crecimiento de patologías respiratorias. Verzeñassi es creador de estos campamentos y el único médico latinoamericano que dará su testimonio. "El principal objetivo de este proceso es que se pueda dar entidad jurídica a la figura de ‘ecocidio'. También será importante escuchar la voz de todas las víctimas de este modelo extractivista e industrial veneno-dependiente", indicó el galeno a Télam. La acusación más fuerte contra la multinacional Monsanto es la producción y explotación del glifosato, herbicida causante de uno de los mayores escándalos sanitarios y medioambientales actuales, cuyo uso es potenciado en zonas de cultivo de soja, como Argentina y, en especial, Entre Ríos. Monsanto desmiente que el glifosato sea peligroso.