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e la redacción de INFORME DIGITAL Los jueces Gervasio Labriola, Gustavo Pimentel y Rafael Cotorruelo dieron por probado que el ex vicegobernador Héctor Alanis (PJ) y al ex vicepresidente primero del Senado Humberto Re (UCR) cometieron el delito de peculado, por el desvío de unos 6.132.825 pesos/dólares de fondos del Senado entre 1998-1999, que estaban en cuentas del Banco de Entre Ríos. Por ello, los condenaron a 3 años y medio de prisión efectiva más una multa de 90.000 pesos e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Para elegir las penas, los jueces tuvieron en cuenta como atenuantes la falta de antecedentes de los imputados y la elongación del proceso. En cambio, como agravantes resaltaron el extenso daño económico causado a las arcas del Estado, lo irreversible del daño por la dificultad de recuperar el dinero y la jerarquía de los deberes infringidos, por cuanto se trataba de las máximas autoridades de la Cámara de Senadores. En tanto, el Tribunal homologó el acuerdo de juicio abreviado firmado con la Fiscalía por José Crettón Pereyra y el ex asesor del Senado, Maximiliano Alanís, sobrino del ex vicegobernador. Ambos se reconocieron culpables y deberán cumplir una pena más leve: 2 años y 8 meses de cumplimiento condicional y una multa de 90.000 pesos. El adelanto de la sentencia se dio a conocer este martes al mediodía en los Tribunales de Paraná. Por el Ministerio Público Fiscal estuvieron los fiscales Alejandro Cánepa y Patricia Yedro. En tanto, por la defensa de los Alanis y Crettón Pereyra asistieron los abogados Julio Federik y Lepoldo Lambruschini; mientras que el radical Re contó con una defensa técnica compuesta por su hijo Humberto Re y Tulio Manuel Kamlofky. La causa se inició por una denuncia de la desaparecida Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA) que condujo Oscar Rovira y tardó 18 años en llegar a juicio. Párrafo aparte, los magistrados destacaron la “flexibilidad y laxitud” de los órganos de control interno del Estado ante “groseras desprolijidades” de los programas aludidos, como así también, una “notoria indulgencia de los auditores del Tribunal de Cuenta que permitió la sustracción de fondos públicos”.