Martes 12 de noviembre de 2019
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Política
Brindemos con Alasino

Entre Ríos se destacaba en vinos hasta 1930. Una ley le prohibió fabricar, para beneficiar al Cuyo. En los 90 el polémico senador Augusto Alasino revirtió la legislación y hoy, 20 años después, la vitivinicultura resurge en la provincia.

Alasino
Alasino aportó al rescate de la vitivinicultura entrerriana.

H

acia finales de la segunda década del siglo 20 Entre Ríos era la cuarta región vitivinícola del país: unas 115 bodegas llegaron a producir el tonificante brebaje y el área ocupada por la economía regional llegó a sumar unas 4800 hectáreas.

Las zonas más productivas eran Concordia, Federación y Colonia San José, pero también se destacaban Concepción del Uruguay y Paraná. La tradición de cultivar la uva y fabricar el vino llegó de la mano de los colonos, principalmente franceses.

El gran impulsor político de la vitivinicultura entrerriana fue el general Justo José de Urquiza (foto), que tenía en el mismo Palacio San José unas veinte cepas a modo de experimentación. El caudillo le cedió a un grupo de colonos una variedad francesa aclimatada en EEUU. Luego se sumaron otras cepas que los inmigrantes trajeron de su Europa natal, como Lorda, rebautizada en el Río de la Plata como Tannat.

Debacle y proscripción

La crisis de la década del '30 destruyó el consumo y derrumbó los precios, pero la producción se mantuvo más o menos constante. El área del país más poderosa en vitivinicultura, la región cuyana, operó políticamente para salvar su principal economía y logró que se sancione nacionalmente, en 1935, la ley 12.137, que creó la Junta Reguladora del Vino.

La legislación privilegió la producción cuyana, consideró que Entre Ríos tenía otras potencialidades económicas para fraguar la crisis, y puso fin a la vitivinicultura en la provincia: todas las grandes bodegas cerraron y la actividad quedó reducida a una escasa elaboración de vino, apenas para consumo familiar.

La ley fue impulsada por el gobierno inaugural de la Década Infame, el del militar Agustín P. Justo (foto), casualmente entrerriano (Concepción del Uruguay, 1876 - Buenos Aires, 1943).

El proceso se completó con la ley N° 12.355, que proporcionó el esquema a través del cual se eliminaron definitivamente las vides fuera de las regiones citadas y cuyas tierras se entregaron a colonos para la producción de cualquier cultivo diferente del viñedo.

Resarcimiento histórico

La prohibición de cultivo de uva para vinificar se mantuvo para Entre Ríos hasta 1993. Ese año el legislador nacional concordiense Augusto Alasino logró la sanción de la ley 24.037, que terminó con la restricción para Entre Ríos y el pseudo-monopolio en la producción para Cuyo.

Alasino, recordado por su liderazgo durante el menemismo, también rescató la vitivinicultura entrerriana.

Hoy, a 26 años de la sanción de la ley reparadora, el ex legislador nacional recordó su impulso. “Hicimos una ley derogando la de la prohibición y la exclusividad a Mendoza y San Juan. Contemporáneamente a eso yo era amigo de unos herederos de Urquiza, acá en Concordia. Con ellos me informé de cómo era el tema de la producción del vino”, rememora Alasino, en declaraciones a INFORME DIGITAL.

“En esta zona algunas uvas se dan mejores que otras, la mejor es la tannat, que también se da acá enfrente en Uruguay”, destaca el ex jefe del peronismo en el Senado durante el menemismo.


Pese a la legislación que levantó la prescripción de casi 60 años, recién después del año 2000 la vitivinicultura comenzó a resurgir en Entre Ríos. En los últimos años en la provincia se ha dado un crecimiento paulatino pero sostenido de los viñedos.

Alasino recuerda que una vez terminada la proscripción sobre el vno entrerriano “empezaron algunos ensayos de plantar viñedos. El primero fue un rosarino que puso en Victoria. Ahora hay dos grandes bodegas en Victoria y otra en Colón. Toda la uva que se produce por acá (por Concordia) va a la de Colón”.

“Algunos están hace 20 años. Las bodegas han ido ensayando. Recién ahora está viéndose, como todas las cosas, va apareciendo de a poco”, valora el dirigente concordiense.

Impulso

El desarrollo reciente se tradujo en la constitución de la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER), que nuclea a bodegas y viñedos provinciales y que se dedica a trabajar para el sector: investiga, releva, informa, difunde, organiza eventos y coordina actividades.

Además, en 2016 el gobierno provincial emprendió el relevamiento de los productores, con la elaboración de la guía “La Ruta del Vino Entrerriano”.

Turismo enólogo

Desde 2018 se desarrolla en la provincia Viñas del Río, una propuesta impulsada por la Secretaría de Turismo y Cultura de la provincia la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos, la Cámara Entrerriana de Turismo y la Federación Empresaria, Hotelera y Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA).

La iniciativa, que se hace durante un día en forma simultánea en Colón, Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Victoria, Colonia Ensayo y Paraná, es de acceso gratuito e incluye maridaje de comidas con identidad regional, acompañadas de música en vivo de destacados artistas entrerrianos y visitas guiadas.

En crecimiento

Actualmente, la provincia cuenta con tres bodegas industriales: Vulliez Sermet, BordeRío y Los Aromitos.

Lo que dice el archivo

Los Vulliez Sermet fueron los pioneros de esta segunda etapa. Son una familia que durante cuatro generaciones ha vivido en Entre Ríos de la pequeña bodega. El nuevo inicio se forjó con plantines traídos de Cafayate. En 2002 adquirieron una bodega  en Colón, con 6 hectáreas, y hoy cultivan Chardonnay, Merlot, Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah y Tannat.

BordeRío, ubicada en Victoria, propiedad de Verónica Irazoqui y Guillermo Tornatore, cuentan con 18 hectáreas. Produce sus vinos Injusto y sus espumantes BordeRío, que juntos alcanzan hoy las 50.00 botellas, aunque las instalaciones permiten crecer hasta 100.000 anuales.

Los Aromitos, en Crespo, trabaja desde el 2011 y adquirió hace unos tres años la categoría industrial. Elaboran Tannat, Syrah, Merlot y Malbec, bajo su etiqueta Ára. Los viñedos están en Colonia Ensayo, departamento de Diamante.

Detalles

Hoy, a las puertas de la tercera década del siglo 21, las hectáreas entrerrianas cultivadas con cepas llegan apenas al total de 68. Los entendidos señalan que apostar a la vid implica esperar cierto tiempo hasta entrar en plena producción de fruta y luego elaborar el vino. Son los departamentos Colón y Concordia los que concentran la mayor superficie de viñedos. Esto es, más del 70 por ciento de la superficie de viñedos se concentra en estos dos departamentos.

Los tipos de uva que se cultivan son tinta, blanca y de mesa, y en las bases de datos hay un conjunto de viñedos que no están identificados con la variedad, por lo que se desconoce si entran en alguno de estos tipos generales.

La variedad tannat es representativa de Entre Ríos por su adaptabilidad a las condiciones locales, aunque no es sin embargo la más importante en términos de superficie. Es levemente superada por la malbec, y por detrás de ella, la merlot. Estas tres lideran el ranking de cepas más importantes en la provincia.

Entre las blancas, la chardonnay supera ampliamente a todas las otras variedades, siendo proporcionalmente mínimas las superficies del resto.

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