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a legisladora catalogó de “inadmisible que durante diez años, desde el cierre del frigorífico, nadie se ocupó seria y decididamente de formular un proyecto productivo para estas 3.000 hectáreas y cuando un grupo de colonos santaelenenses, que viene bregando desde hace tres años, decide recorrer todas las instancias institucionales para llevar adelante la iniciativa se les niega sistematicamente su autorización”,subrayó.

Opinó que “es llamativo y dá que pensar qué fuertes intereses se esconden detrás de estas tierras. O acaso –preguntó- no es justo que sean trabajadores de este castigado pueblo los destinatarios de este residual del privatizado y saqueado frigorífico Santa Elena; que sean ellos los primeros en poder acceder a la garantía del alimento y a la dignidad del trabajo, que no quieran resignarse más a ser beneficiarios de un degradante plan laboral o de una bolsa de alimentos”.

Al analizar la situación actual, D´Angelo también planteó: “¿Cuál es el capricho del director de Tierras, Néstor Calgaro de hacer en El Quebracho una colonización tradicional para unos pocos que, seguramente serán foráneos y ya tienen nombres y apellidos?. ¿Dónde radica –agregó-- la férrea oposición del diputado (Emilio) Castrillón, conocedor de la patética realidad social de Santa Elena y de la lamentable historia de su poderoso frigorífico, cuyas víctimas entre otros son estos colonos?”.

La diputada provincial manifestó que “no solo es incomprensible la negativa a este tipo de emprendimientos, sino la manifiesta discriminación hacia los colonos. La predisposición hacia los Constantini o los Taselli fue otra a pesar de ser personajes emblemáticos del vaciamiento y la corrupción”, destacó. “Todavía siguen apostando a los grandes inversores que vienen a vendernos espejitos de colores y no en nuestra gente, en su voluntad de trabajar y producir”, lamentó.

Reseñó que “cuando presentamos el proyecto de Colonización Social para la Estancia El Quebracho , lo hicimos pensando en la particular situación de Santa Elena, en un modelo de producción cooperativo como tantos otros consolidados en el país, donde se pueda desarrollar una producción diversificada e intensiva y que comience con un trabajo social de concientización e integración de las familias”.

Aclaró que “el proyecto no fue el producto de una acción voluntarista e irresponsable, sino del conocimiento de los colonos y de sus convicciones, del soporte científico y técnico que nos dieron distintas instituciones universitarias y otras representativas de los ámbitos de investigación, quienes aportaron sus vastos conocimientos y experiencias”. D´Angelo rechazó que se catalogue de intolerantes a los colonos. “Nadie –aseveró-- puede decir que la actitud de los colonos es intolerante, sino que es producto de un sentimiento de injusticia y frustración porque todos somos testigos de tres años de perseverancia, de gestiones ante la Legislatura y ante distintos despachos del Poder Ejecutivo”.

Luego de manifestar que “todos sabemos que en 200 hectáreas, y no todas aptas, no se puede desarrollar un proyecto sustentable para más de 30 familias”, sostuvo que “no hay impedimento legal ni económico para que se llegue a un acuerdo para colonizar las 3000 hectáreas. Sólo hace falta voluntad política. Frente a tantos pésimos negocios que ha hecho el Estado, frente a los frondosos beneficios que algunos le han sacado, vale la pena reflexionar si quienes vienen perdiendo desde hace tantos años, una vez pueden ganar. El Poder Ejecutivo tiene la última palabra”.