E
n otro tramo de sus explicacioens, el gobernador recordó la situación en la que inició su gestión. Señaló como prioritario haber superado 10 años de política menemista en los que algunas de las principales secuelas fueron el elevado índice de descapitalización, el importante número de personas sin empleo y el estado de quiebra de la ganadería, sector decisivo en el país.Se refirió también a una provincia "casi hipotecada" y con una importante estructura burocrática, en donde la actividad agropecuaria estaba signada por la crisis y en donde los procesos puramente industriales "apenas se podía defender".
Habló de una paralización de la actividad privada y manifestó su desconcierto ante una reducción arrocera casi nula cuando Entre Ríos se destacaba en este sector. En este sentido recordó que "había pequeños sectores con problemas muy agudos".
MALOS NEGOCIOS
En ese marco, criticó la venta de la banca provincial y las de las empresas de teléfono, de energía eléctrica y de gas, que estaban en manos del Estado provincial.
Sobre el gas consideró que "fue el peor negocio de la provincia, e incluso del país, porque se perdieron 263 millones de dólares". No dejó de señalar la inexistencia de los llamados caminos de la producción, prometidos por anteriores gobiernos, a lo que se le suma la caducidad en que se encontraban las maquinarias de Vialidad provincial al asumir su gestión.