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a iniciativa, que cuenta con media sanción y que ahora pasa al Senado, remarca que es función inherente del Estado "la protección, orientación y asistencia de quienes han sido víctimas de una acción delictiva, como así también la aplicación de programas y proyectos de prevención".
En la fundamentación en el recinto, Rogel destacó que el Centro de Asistencia a la Víctima del Delito no sólo brindará atención a quienes han sufrido algún daño, material y psicológico, sino también a su familia, si ello fuera necesario, estableciéndose como prioridad a los menores, los discapacitados, los ancianos y aquellas personas que por su condición de vulnerabilidad resulten las más afectadas.
"Uno de los principales objetivos de la victimología es rescatar a la víctima del olvido al que el protagonismo del victimario la ha empujado. Por eso, se promueve la asistencia –que no debe confundirse con asistencialismo- y contención tanto material como moral, a los fines de facilitarle a la víctima la reconstrucción, que siempre será parcial, de su mundo", puntualizó el titular del bloque del radicalismo en la Cámara de Diputados.
Lineamientos
Rogel manifestó que es muy importante que la asistencia "llegue lo antes posible hasta la víctima", a fin de reducir, en la medida de lo posible, el sentimiento de desamparo que el hecho delictivo pudo haberle provocado. Aclaró luego que esa asistencia deberá tener siempre carácter voluntario y no podrá ser impuesta coercitivamente.
"La víctima deber tomar parte activamente en la superación del trauma que la tuvo como protagonista y no meramente como un espectador pasivo", subrayó el legislador.
Características
El Centro de Asistencia a la Víctima del Delito propuesto por Rogel estará encabezado por un director y constará con un equipo interdisciplinario integrado por un médico, un abogado, un psicólogo, un asistente social y un psicopedagogo.
El organismo deberá en primera instancia “formular un diagnóstico presuntivo y establecer la estrategia de atención”, procurando detener el abuso, si fuese necesario, teniendo como premisa la credibilidad del relato, la eliminación de los sentimientos de culpa de la víctima y el reconocimiento de sus derechos.
