P

ero no es el único indicador. También los datos muestran un preocupante nivel de abandono. Si bien entre 2000 y 2001 la matrícula del tercer ciclo de la educación general básica (EGB III) —que incluye el antiguo séptimo grado, y primero y segundo años de la secundaria, ahora denominados séptimo, octavo y noveno años— revela un crecimiento positivo, pasó de 49.230 a 50.347 alumnos, en 2002 se evidencia una caída del 1,27 %. La merma daría cuenta de un temprano abandono de los estudiantes en sexto año (sexto grado), con lo cual no se estaría completando el nivel de escolaridad obligatoria.

Los datos están contenidos en un profundo análisis sobre lo que ocurrió entre 1999 y 2002 en el denominado tercer ciclo de la enseñanza general básica (EGB III), que la vocal gremial del Consejo General de Educación (CGE), Amalia Homar, llevó adelante sobre la base de los datos oficiales del sistema educativo entrerriano.

Homar traza un panorama lapidario al señalar que la transformación educativa y la creación, en 2002, de las denominadas Escuelas Intermedias derivó no sólo en una disminución del 55 % de la oferta educativa (de 888 escuelas se bajó a 540 establecimientos educativos) sino que además el porcentaje de promoción —alumnos que pasan de un año a otro sin necesidad de rendir o acudir a recuperatorios— cayó del 80 al 78 % entre 2000 y 2002, mientras que el porcentaje de abandono subió del 2,51 % al 6,15 %.

Los datos, así planteados, revelarían que hay franjas importantes de chicos en Entre Ríos a quienes se les está vedando el acceso al derecho de aprender. Y revelarían, además, que “la exclusión educativa en la provincia alcanza cifras preocupantes, que dan cuenta del alto porcentaje de alumnos a los que les está negado el derecho social a la educación”.

Es decir, colige Homar, la formalidad de la asistencia a la escuela no garantiza en forma alguna el correcto aprendizaje, ya que además de existir elevados índices de no promoción, se ha ampliado también la franja de repitentes y de quienes abandonan el sistema escolar.

Dos variables evidenciarían el retroceso que ha impuesto a la educación la reforma educativa, en la visión de Homar: repitencia y sobreedad.

“La repitencia alcanza un promedio del 10 %, y los valores más preocupantes se ubican en el 8º año (antiguo primer año de la secundaria) con el 14 %. En 7º año (ex séptimo grado), donde la repitencia alcanzaba promedios históricos del 2,5 %, desde el año 2000 se mantiene en un 6 %, lo que está dando cuenta de la profundización del problema de la repitencia en este año que deja de ser terminal”, dice Homar en un informe denominado La exclusión educativa en el tercer ciclo de escuelas medias e intermedias de Entre Ríos.

La repitencia, si se mantiene conforme se avanza en el sistema escolar, deriva en abandono. Y los datos así lo certifican: el análisis hecho “sobre la población de alumnos que ingresó a la EGB 3 en 2000 y egresó en 2002, muestra que de cada 100 alumnos, 85 fueron retenidos por el sistema educativo y 15 ya no asisten”.

Otro subproducto de la repitencia es la sobreedad. De acuerdo al relevamiento hecho en Entre Ríos, “el 38 % de los alumnos de EGB 3 están por encima de la edad teórica en que deberían cursar cada año de este ciclo. La sobreedad de la población que asiste al 7º año es del 30 %; en 8º y 9º, llega al 40 %. Estos datos —subraya Homar—muestran la existencia de un alto porcentaje de alumnos que en su trayectoria escolar han atravesado situaciones de no promocíón de aprendizajes y de repetición, lo que los ubica ante la situación de riesgo de abandono del sistema educativo”.

Segíun publica EL Diario que la sobreedad habla no sólo de falencias propias del sistema educativo, sino de una problemática social cruzada por la pobreza y la marginación. Que de eso se trata el sistema social injusto, en el que no todos acceden a los mismos derechos, aún cuando se trate del derecho de aprender.