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Urribarri recordó que no es cierto que el gobierno no sepa lo que quiere. “El justicialismo en la oposición, y ahora en el gobierno, tiene un proyecto: es el que fue presentado en el 2000 –entre otros por mí mismo en Diputados- como alternativa al vetusto proyecto que el montielismo convirtió en lo que actualmente es la ley de educación que rige. Lo que queremos ahora –agregó- es enriquecer ese proyecto con las mejores ideas que se aporten en un ámbito abierto y horizontal de discusión que es Mesa de Diálogo y Consenso. Y lo hacemos así porque queremos una ley que sirva para los próximos 20 años”.

El ministro dijo también que “aunque lleve un poco más de tiempo, es necesario que la nueva ley sea el resultado del consenso de toda la sociedad – no de unos pocos dirigentes que se creen con más autoridad para hablar del tema que cualquier ciudadano común- y no de la imposición. “Si una ley es el resultado de una negociación amañada o de la presión de algún sector, no va a durar nada porque el siguiente gobierno va a querer cambiarla y así, vuelta para atrás. En esa situación de cambios y discusiones permanentes los únicos perjudicados serán los niños, la juventud de esta generación y de la que viene”, especuló el funcionario.

“Necesitamos una ley que asegure que los cambios que deban hacerse en Educación puedan llevarse efectivamente a la práctica. Y esos cambios no son sólo de ciclos y denominaciones, son –principalmente- de contenidos, de capacitación y formación docente, de currículas dinámicas, de acciones compensatorias sistematizadas, de nuevos perfiles en la dirección de establecimientos, de organización interna del CGE, de financiamiento, de administración de recursos humanos, de investigación y desarrollo pedagógico y de articulación de toda la comunidad educativa que integran todas las instituciones públicas y privadas que atienden a la formación educativa y profesional de la persona desde la escolaridad temprana hasta la adultez”, describió Urribarri.

“Sabiendo que en Educación los resultados nunca se ven el corto plazo es que nos hemos puesto a construir de una vez por todas los cimientos de la nueva escuela entrerriana: una escuela de calidad para todos y para los más desfavorecidos, lo mejor que tengamos; una escuela que valore el talento, la solidaridad, el mérito, el esfuerzo, la libertad, la creatividad, la responsabilidad. Si avanzamos pensando en el interés de todos y no en el interés de sectores vamos a construir incluso una escuela a prueba de malos gobiernos y de malos dirigentes”, expresó.

“Por lo tanto –finalizó- creemos que no es momento de confrontar proyectos sino de construir uno que sea útil para todos”.