C
onsideró que el riesgo nutricional “debe ser atendido, una luz roja que nos haga ver que es necesario fortalecer la alimentación, trabajar con la mamá y la familia de ese chico a través de las charlas que efectúan las nutricionistas, el pediatra, las maestras jardineras y la tarea de la asistente social”.En tanto, controlaron 34 embarazadas en dichos centros. Se detectó que hay 5, un 14,70%, en canal 1 que significa desnutrición. Ante esa realidad, precisó que van a ir día a día detectando a los chicos y mujeres en este estado “no sólo para saber la cantidad sino los nombres y apellidos, dónde y cómo viven; queremos hacer una tarea personalizada”.
Recordó que durante el año 2001, cuando se implementaron los comedores de emergencia, “se brindaron casi 10 mil raciones diarias y fue para dar una respuesta rápida a una crisis profunda que enfrentábamos todos. Hoy creemos que están dadas las condiciones para volver a que la familia pueda empezar a reunirse a través de la mesa para la alimentación de sus hijos”.
Sostuvo que los comedores de emergencia, si bien son una necesidad, “no es todo; debemos pensar en políticas a mediano y largo plazo, reflexionar y preguntarnos si realmente el comedor es el lugar donde las personas se pueden alimentar y nutrir como corresponde”.