E
se día un cúmulo de partidos, organizaciones sociales y piqueteras, y funcionarios kirchneristas, piensan confluir en Plaza de Mayo para respaldar las candidaturas de Cristina Kirchner y Rafael Bielsa a senadora bonaerense y diputado porteño respectivamente. El acto se analiza en el Gobierno y, de confirmarse, se transformará en el primer reconocimiento oficial de esas postulaciones.
El anuncio de la concentración transversal, en esta primera etapa deliberadamente huérfana de componentes peronistas, se realizará el jueves. Hasta ese día, los representantes de las organizaciones sociales seguirán desfilando por varios despachos oficiales para definir detalles de una movida que busca darle al kirchnerismo una proyección nacional.
Los principales interlocutores de la Casa Rosada, además de socios en la estrategia de construir un escenario de unidad del oficialismo, son el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde.
El objetivo de esa unidad es variado: desde respaldar al Presidente en su infinita pulseada con el FMI hasta fortalecer y profundizar las iniciativas de corte popular. De todos modos, en cada conversación es inevitable la alusión a la disputa electoral del 2005 en Capital y la provincia de Buenos Aires. Desde el núcleo del poder, el subsecretario general de la Presidencia, Carlos Kunkel, fue el primero que fogoneó la candidatura a senadora bonaerense de Cristina Kirchner. Pero la reacción que generó en el seno del peronismo –en especial en el duhaldismo– obligó al funcionario a decir que se trataba de un deseo personal.
De confirmarse el acto del sábado 9 de octubre, Cristina Kirchner recibirá el respaldo público y abierto que hasta ahora sólo se expresó de manera diversificada e informal. La prometida asistencia de varios representantes de la primera línea del Gobierno no hará otra cosa que blanquear lo que hasta ahora sólo se admite off the record: que la senadora será el Caballo de Troya kirchnerista en la patria de Eduardo Duhalde.
El combo incluirá un férreo respaldo público a la candidatura de Rafael Bielsa en la Capital. El ministro de Relaciones Exteriores es la carta que Kirchner tiene decidido jugar para enfrentar a la ascendente líder del ARI, Elisa Carrió, y al postulante del macrismo, que aún no está definido pero que puede ser el propio Mauricio Macri. En las últimas encuestas encomendadas por Kirchner, en especial en las del sociólogo Artemio López, quien se ha vuelto uno de los preferidos del Gobierno, Bielsa sobresale de un lote de candidatos oficialistas también testeados, entre ellos el ministro de Educación, Daniel Filmus.
El primer gesto de unidad del kirchnerismo provino hace dos semanas de Eduardo Luis Duhalde (Memoria y Movilización), y los diputados Miguel Bonasso (Partido de la Revolución Democrática) y Francisco “Barba” Gutiérrez (Polo Social). Los tres formaron en el Hotel Panamericano una mesa coordinadora de respaldo al Presidente. El paso siguiente será conformar un espacio ampliado. Y por ello Emilio Pérsico (Movimiento de Trabajadores Desocupados Evita), Jorge Ceballos (Barrios de Pie), Luis D’Elía (Federación de Tierra y Vivienda) y Edgardo Depetris (Frente Transversal Nacional y Popular) vienen transitando los pasillos de la Casa Rosada. De esas rondas por despachos oficiales surgió la idea de un acto para posicionar al transversalismo. Amén de sus limitaciones, augura armar una estructura propia que le dé la fuerza necesaria para disputar espacios al peronismo. No por nada en algún momento se evaluó la posibilidad de realizar la concentración el 17 de octubre, fecha emblemática, aunque luego se descartó para que no se entienda como un acto de provocación.
El propio Kirchner se mueve con pies de plomo en este aspecto: con las elecciones del 2005 en el horizonte, no quiere poner en riesgo su relación con el partido, tan oscilante que ahora analiza presidirlo luego de rechazar reiteradamente esa alternativa.
El lugar de la concentración transversal también fue de por sí un tema de debate. Se llegó a hablar del estadio de Huracán. Pero los organizadores, desbordados de optimismo, dicen poder colorear la Plaza de Mayo en toda su inmensidad. Para ello se vienen realizando reuniones, como la de ayer del Frente Transversal Nacional y Popular (ver nota aparte), a fin de ajustar los números de adeptos porteños. Lo mismo ocurrirá mañana en distintos escenarios, entre ellos el Teatro Bambalinas, donde un plenario abierto determinará formalmente el plan de acción, con la concurrencia, entre otros, de Bonasso y el Barba Gutiérrez.
Ya hay encuentros programados con el subsecretario de Integración Latinoamericana de la Cancillería, Eduardo Sigal, el ex intendente de Avellaneda Oscar Laborde, el ex frepasista Alejandro Mosquera, el diputado jujeño Héctor Daza, el ex presidente de la Legislatura bonaerense Aldo San Pedro y la titular del PAMI, Graciela Ocaña. Y también con el referente de la Corriente Popular 25 de Mayo, Ricardo “Pacha” Velasco, el director del Onabe, Fernández Suárez, y el secretario de Relaciones Institucionales de la Cancillería y coordinador del grupo Confluencia, Marcelo Fuentes.
El “aporte” oficial lo darían básicamente los mismos que participaron, meses atrás, de aquel comentado congreso piquetero de Parque Norte: Parrilli, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner.
A ellos se sumaría el ministro de Planificación, Julio De Vido. Por supuesto que hay incluir en el lote de funcionarios al propio Duhalde (Luis, claro) y la titular del Banco Nación, Felisa Miceli. Recién en una segunda etapa comenzaría el trabajo de enlace con líneas internas del PJ, como la Corriente Peronista Federal del secretario de Asuntos Municipales, Luis Ilarregui, y el asesor presidencial, José “Pepe” Salvini. A pedido de Kirchner, nadie lo dice con todas las letras. Pero es evidente que los hombres del Presidente buscan equilibrar el peso del aparato duhaldista. Gentileza de Martín Piqué de Pagina/12 para Informe.
